Éxito del PCI en Cerdeña, aunque no logra superar a la Democracia Cristiana

Las elecciones regionales de Cerdeña, la isla natal del difunto secretario general del Partido Comunista de Italia (PCI), Enrico Berlinguer, han supuesto el aumento de escaños de sólo dos partidos: el propio PCI y el Partido Autonomista Sardo, que ha obtenido un resultado espectacular al conquistar 12 escaños. En las últimas elecciones regionales de 1979 había obtenido sólo tres escaños y un 3,3% de los votos, contra el 13,8% de hoy. El PCI, que en las elecciones europeas se había convertido por primera vez en Cerdeña en el partido de mayoría relativa, desbancando a la Democracia Cristiana, ha obtenido en estas elecciones dos escaños más que en 1979, pasando de 22 a 24 y de un 26,3% de entonces a un 28,7% de ahora.La Democracia Cristiana ha perdido cinco escaños, pasando del 37,7% al 32,3%. Sin embargo, en estas regionales el partido democristiano ha vuelto a ser el de mayoría relativa de la isla.

También el Partido Socialista ha perdido un escaño, pasando de nueve a ocho y de un 11,27. en 1979 a un 10,1%. Ha sido superado por el Partido Autonomista Sardo, que se ha convertido en el tercer partido de Cerdeña. Han mantenido sus votos republicanos y socialdemócratas y han desaparecido los liberales, los radicales y los demoproletarios, al no haber obtenido el mínimo de votos necesario, tras la implantación reciente del nuevo sistema electoral en Cerdeña que se parece ahora mucho más al modelo alemán.

Ahora sería posible con los votos de los sardistas -progresistas y de izquierdas, aunque conservadores en aspectos concretos- formar un gobierno de izquierdas. Todo dependerá de si este partido y los socialistas prefieran resucitar a un Gobierno de centroizquierda como el anterior, que ha perdido siete escaños, o pasar a una alternativa de izquierdas.

La decisión será muy importante, porque ahora el PCI, que se siente más fuerte, y que con su nuevo secretario general desea mantenerse en la línea de Berlinguer de una alternativa democrática con todas las fuerzas progresistas del país, pondrá a prueba a los socialistas para que escojan entre una alianza con la DC, lo que hasta ahora no le está dando ventajas electorales, o una vuelta a un diálogo más constructivo con todas las fuerzas de izquierdas del país.