El mediador en el conflicto del metal de la RFA propone una jornada semanal de 38,5 horas

Tras casi siete semanas de huelga en la industria metalúrgica de Baden del Norte y Wurtemberg, en la República Federal de Alemania, se esboza la posibilidad de un compromiso con la propuesta del presidente de la comisión de arbitraje, el ex ministro socialdemócrata de Defensa Georg Leber, que propone la introducción de la semana de 38,5 horas a partir del 1 de abril del próximo año.

En una sesión maratoniana, que duró 21 horas y concluyó en el alba de ayer, el presidente de la comisión de arbitraje, Leber, desveló ante la Prensa en Ludwigsburg, cerca de Stuttgart, el contenido de su plan. Leber partió del principio de que la propuesta tiene que ser "susceptible de compromiso para ambas partes", "ofrecer la posibilidad de crear nuevos puestos de trabajo", "tener en cuenta el acelerado desarrollo de la técnica", que "el cada vez mayor empleo de capital por cada puesto de trabajo es característico de ese desarrollo", y finalmente la necesidad de "conservar y afirmar la competencia empresarial en los mercados mundiales".Tras estas consideraciones, la propuesta de Leber se concreta en reducir a 38,5 horas la semana laboral a partir del 1 de abril de 1985 y dejarla fijada en esa cantidad hasta el 30 de septiembre de 1986. Al mismo tiempo, los salarios se elevarán en la metalurgia un 3,3% desde el pasado 1 de abril, porcentaje que coincide exactamente con el índice de inflación de la RFA para el año pasado. Las primeras reacciones de sindicatos y patronos permiten abrigar la esperanza de que la propuesta de Leber podría ser aceptada.

La solución de Leber puede calificarse de "salomónica" y saldaría el enfrentamiento laboral sin vencedores ni vencidos, que es lo mejor que puede ocurrir, cuando el conflicto parecía encontrarse en un callejón sin salida. Según el informe mensual del Banco Federal alemán, las pérdidas de producción hasta el pasado 22 de julio alcanzaban ya los 3.000 millones de marcos (170.000 millones de pesetas), y 1.500 millones de marcos (85.000 millones de pesetas) los salarios no cobrados en el sector en conflicto.

Subsidio de paro

Para última hora de la tarde de ayer estaban previstas reuniones separadas de patronos y sindicatos para examinar la propuesta. El IG Metall se había apuntado un éxito importante con el fallo judicial, el pasado fin de semana, que ratificó en segunda instancia la sentencia del Tribunal Laboral de Francfort, que anuló la decisión de la Oficina Federal de Trabajo de Nuremberg de no pagar subsidio de paro a los trabajadores afectados indirectamente por la huelga.Los patronos han recurrido contra esta sentencia ante el Tribunal Constitucional en Karlsruhe, mientras que las oficinas laborales han empezado a admitir a regañadientes las solicitudes de seguro de paro de aquellos trabajadores que quedaron sin trabajo o con jornada reducida por la interrupción de la producción motivada por falta de suministros de las industrias en huelga o afectadas por los cierres patronales.

El mediador Leber comentó ante la Prensa su propuesta con la frase de que "se necesita valor para aceptarla, pero tengo la impresión de que se necesita todavía más valor para rechazarla".