El otoño de los patriarcas

Los dirigentes de Alianza Popular preparan para el otoño una nueva fase en su ofensiva de oposición a la mayoría socialista. Esta estrategia no excluye la posibilidad de consensuar determinados proyectos de ley como el electoral, pero incluye nuevos modos de actividad parlamentaria, política y electoral.Entre otros puntos, el principal partido de Coalición Popular prepara un reforzamiento de la propia AP. En este marco se inscribiría la oferta hecha recientemente por Abel Matutes -máximo responsable de las cuestiones electorales del partido- al ex dirigente empresarial Carlos Ferrer Salat para que ocupe la vicepresidencia ahora en poder del banquero balear. "Es cierto que ofrecí a Ferrer mi vicepresidencia, y llevamos un tiempo hablando. Espero que se decida favorablemente, pero no antes del verano", comentó ayer Matutes.

Fuentes de AP comentaron ayer que otros dirigentes del partido fraguista, como el también vicepresidente Alfonso Osorio, se oponen a esta maniobra, que cuenta con el beneplácito del secretario general, Jorge Verstrynge, y posiblemente del propio Fraga, quien reiteradamente trata de evitar decantarse por uno u otro sector de su partido.

Otra de las preocupaciones de Fraga reside en el reforzamiento de Coalición Popular; aún no existe fecha para la celebración de una nueva reunión del comité coordinador de esta coalición (la última tuvo lugar en febrero). La coalición se verá próximamente incrementada con la llegada de nuevos miembros, procedentes básicamente del Grupo parlamentario Centrista.

Se considera muy probable que diputados como Gabriel Cisneros, Luis Ortiz o José Miguel Bravo de Laguna (este último decantándose hacia la Unión Liberal de Schwartz) se decidan en las próximas semanas por anunciar su pase a Coalición Popular, mientras que otros varios (Antonio Díaz Fuentes, Fernando García Agudín, Manuel Núñez) estarían más cercanos a las tesis reformistas de Miquel Roca.

En todo caso, el entendimiento de los partidos en la coalición se califica como "incompleto" en medios de los tres principales partidos que la integran. El mal funcionamiento del grupo parlamentario Popular constituye uno de los constantes puntos de fricción entre, fundamentalmente, AP y su socio democristiano, el PDP.