Los comicios europeos en Francia pueden ser preludio de un cambio de Gobierno y de una profunda renovación e el partido comunista
FELICIANO FIDALGO Los resultados de las elecciones europeas del pasado domingo reactivan la vida política de Francia, que, de repente, se encuentra con un Gobierno minoritario de hecho, tras la victoria de la oposición liberal. Los resultados de los comicios para el Parlamento europeo han puesto en juego también el futuro del Partido Comunista Francés (PCF) y el de su secretario general, Georges Marchais, y han desencadenado especulaciones sobre la composición del Gobierno que, a medio plazo, reemplazará al que dirige Pierre Mauroy.
Otro elemento novedoso surgido el domingo es la aparición de la extrema derecha como fuerza capaz -con el 11 % de los votos- de complicar el escenario político.Ayer se hablaba de Michel Rocard, el ministro de Agricultura, como posible sustituto de Mauroy. Poco después el ministro de Economía, Jacques Delors, durante hora y media, fue el protagonista de tina importante emisión de televisión, y los mentideros políticos parisienses quedaron admirados una vez más por su moderación, por su competencia, por su sabiduría para explicar con imágenes simples los temas económicos más complicados. El mensaje que se desprendía de esa emisión era bien claro: Delors se perfila como el primer ministro de mañana.
Serio aviso
Lo cierto es que el serio aviso que han supuesto los resultados europeos (de significación nacional) para el presidente François Miterrand no ponen en entredicho la política de rigor que inició ya hace más de un año, cuyos promotores o símbolos nacionales son los referidos Delors y Rocard. Por ello, parecería lógico que uno de los dos encabezara el próximo Gabinete, que, por otra parte, nadie se atreve a afirmar cuándo será formado. Se habla de un cambio de Gobierno en los próximos días, en la segunda quincena de agosto, después de haber sido votado el próximo presupuesto, o para el otoño próximo.
El descalabro del PCF, que se quedó en el 11, 19 % de los votos, incidirá seriamente, en un futuro más o menos inmediato, en el juego político. El buró del PCF se reunió ayer para estudiar la convocatoria de una reunión extraordinaria de su comité central y para analizar la posibilidad de adelantar el congreso nacional del partido, previsto para el año próximo.
Esta vez, los comunistas dan la impresión de haber comprendido que "en algo profundo nos equivocarnos", según declaración de uno de sus dirigentes. Llama la atención que su líder, Marcháis, desde que el domingo se conocieron los resultados que se valoran como la confirmación del declive histórico del comunismo francés, no ha vuelto a aparecer en público y, en consecuencia, no ha pronunciado ni una palabra. Ha sido el portavoz oficial del PCF, Pierre Junquin, quien lo ha sustituido; pero continúa citándose a Charles Fiterman, ministro de Transportes, como futuro posible secretario general.
