La Unesco y la calumnia
Deseo en primer lugar agradecerle por la amplitud y la calidad profesional con las cuales el diario EL PAIS informa en su edición del día de hoy acerca de la visita oficial que habrá de realizar a España el señor Arnadou-Malitar M'Bow, director general de la Unesco.En segundo lugar, y sin pretender emitir juicio de valor alguno respecto al editorial publicado en la misma edición, le ruego tener en consideración y hacer públicas las precisiones siguientes:
1. Ninguna comunicación o declaración oficial del Gobierno de Estados Unidos en las instancias competentes de la Unesco permiten suponer, como lo afirma el editorial en mención, que su anuncia da retirada gira "en torno a la dis cusión sobre el libre flujo de la información". Tal vez el hecho concreto que el problema global de la comunicación, incluidos sus aspectos puramente tecnológicos e infraestructurales, representa sólo el 7% del presupuesto de la organización y que, de este 7%, sólo una parte tiene incidencias directas en materia de información periodística propiamente dicha pueda echar algunas luces sobre la verdadera dimensión de este problema. Problema sujeto, -Por lo demás, a un debate altamente democrático en el seno de la Unesco, donde en todo caso el único exceso es la posibilidad de que cada Estado miembro pueda expresar libremente su opinión, incluso sobre tema tan controvertido. Resulta elemental suponer que en la muy respetable, Dero la mentable, decisión de un Estado miembro de retirarse de una organización intergubernamental intervienen elementos mucho más complejos que no es del caso analizar aquí.
2. Cuando con respecto a los problemas del desequilibrio informativo se afirma que "no es una idea disparatada, pero la alternati-
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va sugerida por los países del Tercer Mundo, empujados (sic) por la Unión Soviética, es muy peligrosa y rechazable", llama profunda mente la atención que un diario como EL PAIS, en una nación de las características de la España de hoy, pueda referirse con tan generalizado menosprecio a la actuación de intelectuales, expertos y dirigentes políticos del mundo en desarrollo, como los señores G. García Márquez, M. Masmoudi, G. Groscoors, M. Opoubor y otros muchos que han intervenido activarnente ' en este debate, mostrándolos como marionetas de una potencia, cualquiera que ésta sea. Afirmación tanto más sorprendente cuanto que involucra de paso al señor José Luis Abellán, representante de España ante el Consejo Ejecutivo de la Unesco, quien ni siquiera ha tenido aún oportunidad de intervenir en el debate de la comunicación.
Esto es aún más incomprensible cuando se les imputa responsabilidades acerca de supuestos proyectos que sólo existen en la fecunda imaginación de quienes deseandenigrar a la Unesco. Proyectos como aquel "para crear un carné internacional de periodistas" que menciona el editorial y cuya existencia en el seno de la Unesco debo desmentir en la forma más categórica, toda vez que se trata de una calumnia urdida justamente para desprestigiar a la organización frente a los periodistas.
3. Finalmente, cuando al final de la nota se habla de "un bando de la guerra, el (bando) del señor M'Bow", se presenta el problema del retiro de un Estado miembro de un organismo del sistema de Naciones Unidas bajo una perspectiva que es totalmente incorrecta, ya que en la Unesco, como en la Organización Internacional del Trabajo o en la UNCTAD, el problema pasado, presente o futuro del retiro de un Estado miembro no enfrenta a éste con el director general de tal organización, sino que atafle a ese Estado y a los demás Estados miembros de ella.
Por lo demás, por encima de las simples campañas de Prensa, permítame recordar aquí que la opinión oficial del Gobierno de Estados Unidos respecto al señor Amadou Malitar M'Bow, al me nos a través de los canales institu cionales que rigen la vida de la comunidad internacional, se resume muy bien en la carta mediante la cual el secretario de Estado de ese país, señor George Shultz anuncia la retirada de Estados Unidos de la Unesco. Uno de los párrafos de dicha carta dice textualmente: "Usted cuenta, señor director ge neral, con nuestra estima y nuestra consideración; por nuestra parte, nos comprometemos a una coope ración sin reservas para lograr que el año que ha de transcurrir entre esta carta y la fecha de nuestra re tirada sea lo más armonioso posi ble. Sabemos que usted seguirá haciendo cuanto esté de su parte, en las difíciles circunstancias en que le corresponde actuar, para conseguir que las actividades de la Unesco sean fructíferas y respon dan a las necesidades aún no satis fechas del mundo".- Encargado de la información para España y América Latina de la Oficina de Información al Público. Unesco.
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