El militarismo y el pacifismo
No era mi intención adentrarme en los diversos posicionamiento s que acarrea el binomio militarismo-pacifismo. No obstante, me creo en la obligación de apoyar las cartas, publicadas el día 5 de junio, de los señores Diego Pena y Juan Carlos Corrales.La subjetiva y parcial visión con que, a través del diario que usted dirige y otros diversos medios de comunicación" nos deleitó las más altas cúspides de los ejércitos de los demás que así lo deseen. Pues me creo en la libertad de no considerarlo mío. Entre otras motivaciones, al no ver amenazada mi integridad por ningún tipo de agentes extranjeros que justificase la postura contraria, es decir, mío o nuestros. Si ello es ser comunista, con alegría me coloco tal etiqueta, pese a no haber votado ni estar dentro de mis planes futuros votar PCG (PCE). Si implica recibir salario de la URSS, le pido al señor Chernenko, o señor Dubinin, o a quien. corresponda, hagan el favor de poner mi nómina al día, pues aún no comencé a percibir mis haberes.
Salvaguardando la integridad moral de -pocos, muchos o los que sean- militares, lo que no, se puede, en conciencia, es pedir una total objetividad e imparcialidad a quien cobra, vive, se divierte... gracias a los salarios que reciben de instituciones, organismos o empresas que diseñan, construyen, perfeccionan, instruyen y mandan para la guerra. Eso sí, paradojas de la vida, son la salvaguardia de la paz.
La paz, como todo en esta vida, se protege con la destrucción de todo aquello que pueda amenazarla. Quien amenaza la existencia de la Humanidad no son ni el señor Reagan ni el señor Chernenko. Quien amenaza en realidad la paz son toda la serie de artilugios destructores que se encuentran bajo sus respectivas voluntades.
Cualquier análisis objetivo del militarismo a lo largo de la historia nos lleva irremisiblemente a que su existencia es una salvaguardia de intereses, sean de la índole que sean, particulares. Actualmente sigue siendo lo mismo. La miseria y el hambre, símbolo de ese particularismo que padece la Humanidad, tiene como causa primordial el armamentismo. El trasvase de todo el dinero que se gasta en el mantenimiento de los ejércitos hacia actividades productivas sería el fin de toda esa miseria y hambre. ¿Quién comienza? Yo estoy dispuesto a contestar: aquel que crea, y crea de verdad, en la paz y en la justicia social con carácter no sólo local -que para ello también es necesario-, sino con carácter universal.-
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