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Elecciones al Parlamento Europeo/ Grecia

Papandreu teme que un avance de la derecha obligue a un adelanto de las legislativas

Las elecciones para diputados del Parlamento Europeo tienen este año una proyección interior en Grecia probablemente sólo comparable a la de Francia, por su importancia, ya que la mayoría de los observadores estiman que, si el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) cayera por debajo de la cota del 40% de sufragios en los comicios del próximo 17 de junio, el presidente Andreas Papandreu tendría probablemente que disolver las Cámaras y convocar elecciones anticipadas.

El nivel de participación esperado es alto en este país donde las elecciones constituyen una obligación ciudadana. Los sondeos indican que un 81% del censo de algo más de 7 millones de electores acudirá a las urnas. La experiencia de anteriores comicios europeos indica que la realidad suele concretar estas previsiones a la baja pero, aun así, Grecia será uno de los países de la CEE que dará un índice de participación más elevado en estas elecciones europeas.La gran afluencia de votantes que se espera no parece, sin embargo, estar directamente relacionada con la trascendencia interna de estos comicios ni con el simbolismo europeo que conllevan, sino más bien con la tradición griega de tomar parte activa en todas las facetas de la vida política. Un reciente sondeo llevado a cabo por la Comisión Europea indica, en efecto, que el 60% de los griegos considera una cuestión de principio ejercer el derecho de voto en cualquier convocatoria.

Sentimiento europeísta

Por otra parte, éstas serán las primeras elecciones verdaderamente europeas que se celebran en Grecia, ya que el país no pudo tomar parte en los comicios de 1979, porque entonces todavía no era miembro de la Comunidad Económica Europea. Los 24 eurodiputados griegos de la última legislatura fueron elegidos, mediante un voto específico, con ocasión de las elecciones generales de 1981, 10 meses después de que el Gobierno de Atenas firmara el Tratado de Roma.Tal vez debido a que la fecha de ingreso queda todavía próxima, y a pesar de que el propio presidente Papandreu ha denunciado, en negociaciones acaloradas, que la CEE representa a una Europa de los ricos, inadecuada para Grecia, los griegos siguen demostrando un sentimiento colectivo marcadamente europeísta: de acuerdo con la fuente estadística anteriormente citada, un 65% de ellos considera que el Parlamento Europeo debería ser dotado de competencias más amplias y un 61% de la opinión pública es favorable, en Grecia, a que se avance por la vía de la unificación política de Europa.

Como en casi todos los 10 países convocados a esta ronda electoral, se detecta una fijación por los problemas internos y un tono escasamente europeo en la campaña para que los griegos elijan, por el sistema proporcional y con la totalidad del país integrada en una circunscripción única, los 24 diputados que les corresponden en la Cámara de Estrasburgo.

Juicio al Gobierno

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Se han registrado también incidentes violentos, pero este tipo de sucesos suele ser habitual durante las campañas electorales en Grecia. El propio Papandreu hizo un llamamiento la semana pasada para que se calmaran los ánimos y dejaran de enfrentarse en la calle los encargados de colocar los carteles de propaganda de las 17 agrupaciones diferentes que se someten al voto de los electores.Los resultados de las elecciones dependen, en realidad, del éxito que tengan sólo 2 de estas 17 listas las correspondientes a los socialistas del PASOK y las del partido derechista de la Nueva Democracia, que ha conseguido convertir esta campaña en un juicio a los primeros 30 meses de Gobierno de la izquierda. Las huestes de Constantino Karamanlis tratan así de utilizar las elecciones europeas como palanca para recuperar el poder que perdieron en 1981, y provocar la caída anticipada de una legislatura griega que no tendría que se renovada hasta 1985.

El desenlace final es incierto, se prevé una reorientación hacia el centro-derecha de la representación parlamentaria europea griega, pero no hasta el punto extremo que desea la Nueva Democracia y temen los socialistas. En el último Parlamento de Estrasburgo, los 24 escaños griegos se repartieron a razón de 10 para el PASOK, 8 para la ND, 3 para el Partido Comunista Griego (KKE), 1 para el Partido del Progreso (KP), 1 para los disidentes comunistas del KKE del interior y 1 para los disidentes socialistas del KODISO.

La distribución de los votos correspondió en sus grandes líneas a la de las elecciones generales internas, con la salvedad de que, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los países, los tres grandes partidos ganaron apoyos porque los electores tendieron a concentrar en ellos sus votos europeos.

Una última novedad de la carnpaña griega ha sido la reaparición de algunos nostálgicos declarados de la dictadura de los coroneles, que han aprovechado esta ocasión para intentar volver a la arena política bajo las siglas de un nuevo partido, la Unión Política Nacional (EPEN).

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