Tapia admite que participó en el secuestro de Diego Prado

Juan María Tapia Irujo reconoció ayer, ante la Audiencia Nacional, su pertenencia a ETA militar y su participación en el secuestro de Diego Prado y Colón de Carvajal. El procesado hubo de ser expulsado de la sala, tras no reconocer al tribunal y desobedecer las órdenes de su presidente. El fiscal solicitó un total de 28 años de cárcel para Tapia y siete años de prisión para Teodoro Aramendía, por colaboración con banda armada. La defensa pidió la absolución de Tapia y la pena mínima para Aramendía.En la prueba testifical, la portera del edificio en el que fue secuestrado Diego Prado, el esposo de aquella y la nuera de ambos, así como el mecánico que encontró al secuestrado y tres policías ratificaron la tesis del fiscal sobre la participación de Tapia en el secuestro y la colaboración de Aramendía, hasta el punto de que el fiscal indicó que no era necesaria la presencia de Diego Prado. El fiscal añadió a las pruebas testificales una pericial, consistente en las huellas digitales de Juan María Tapia, encontradas en un vaso de la portería en el que bebió agua y en el coche localizado por la policía.

Teodoro Aramendía reconoció ser dueño de un camión en el que trasladó a Madrid a cuatro hombres y una mujer, de los que conocía su pertenencia a ETA, aunque no que fueran a participar en el secuestro de Diego Prado. Declaró que conocía a aquellas personas por ser del pueblo donde vivía desde hacía años, pero que nunca llegó a prestar ayuda a la banda armada, a la que no pertenece.

Tapia se negó a contestar al Ministerio Público, cuya pregunta inicial la contestó así: "¿Quién es ese señor?". A preguntas de su defensor, declaró que pertenecía a ETA desde hacía muchos años y que participó en el secuestro de Diego Prado. Señaló también que en Madrid recabó información sobre muchas personas, "militares, por ejemplo generales, y también jueces".

A propósito de si portaba armas en el momento del secuestro, Tapia declaró que llevaba "una hermosa pistola", ya que, teniendo en cuenta "la situación de hoy, la capacidad del sistema opresor, no podíamos ir con arco o con tirachinas". El procesado intentó explicar los objetivos de la organización terrorista, pero el presidente del tribunal ordenó al letrado que preguntara otra cosa. Una vez concluido el interrogatorio, el presidente indicó al procesado que podía sentarse. Tapia dijo entonces que no reconocía al tribunal, por lo que fue retirado de la sala, no sin que antes diera un viva a ETA militar, en euskera.

El abogado defensor, Iñigo Iruin, señaló que el derecho de defensa incluye también la autodefensa que intentó hacer Tapia. Por su parte, renunció a realizar la defensa técnica, por no desearla su patrocinado. Respecto a la defensa política dijo que le llevaría a deslizarse "por el filo de la navaja de la apología del terrorismo".

El fiscal elevó a definitivas sus conclusiones provisionales (veáse EL PAÍS de ayer), y solicitó para Tapia siete años de cárcel y 200.000 pesetas de multa por pertenencia a banda armada, 13 años por detención ilegal y ocho años por depósito de armas, además de 30 millones de pesetas de indemnización a Diego Prado.

El abogado defensor consideró que esta indemnización era desorbitada, y afirmó que parecía pedida "más en razón de la persona que de los hechos". Solicitó la absolución de Tapia y la pena mínima para Aramendía.