La compañera de Scarnato, repitió en el Supremo sus declaraciones sobre el 'caso Bardellino'
El juez instructor delegado del Tribunal Supremo en el caso seguido contra los dos magistrados implicados en la irregular puesta en libertad del presunto miembro de la Camorra Antonio Bardelino tomó declaración el sábado a Encarnación Reaño, la compañera de Raffaele Scarnato, italiano acusado de colaborar con el jefe camorrista en sus negocios en España. Según informaron fuentes jurídicas, Encarnación Reaño ratificó ante el juez las declaraciones suyas publicadas en EL PAÍS (véase el número del 31 de mayo) que han originado una querella del ministerio fiscal contra ella, contra el director del periódico y contra el autor de la información, acusados de un presunto delito de desacato.
El requerimiento del juez se produjo a raíz de las manifestaciones de Encarnación Reaño en las que acusaba a los magistrados Jaime Rodríguez Hermida y Ricardo Varón Cobos, y a los presuntos intermediarios Josefa Suárez, La Pepa, y Luis Plana, El Catalán, de haberse repartido 10 millones de pesetas a cambio de que fuera puesto en libertad Bardellino, detenido en España.La compañera de Scarnato fue abordada a la salida de su domicilio por cuatro inspectores de policía, que la trasladaron ante el juez, ante quien realizó una minuciosa declaración durante más de dos horas. En la comparecencia estuvieron presentes los abogados defensores de los dos magistrados implicados. El abogado de Encarnación Reaño no pudo asistir, ya que ésta comparecía como testigo y no como acusada.
Encarnación Reaño ratificó ante el juez instructor todos los extremos de sus manifestaciones a este periódico, y afirmó que: había acompañado a Rita de Vita, la mujer de Bardellino, a comprar una pulsera de oro que costó 185.000 pesetas en la joyería Sanz, de Madrid, y que luego fue regalada a uno de los jueces en una cena.
También explicó ante el Juez que ella, a requerimiento de Rita de Vita, entregó 200.000 pesetas a Josefa Suárez para que ésta se las diera a un fiscal que intervenía en el caso por estampar una firma. Aseguró asimismo, entre otras afirmaciones, que varios italianos habían sido puestos en libertad por el mismo procedimiento.
