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Entrevista:

Ruud Lubbers propone una alianza entre el Benelux, Italia y España dentro de la CEE,

Andrés Ortega

ANDRÉS ORTEGA

De familia adinerada, católico, educado por los jesuitas, Lubbers es, quizá, el dirigente de la CEE de mayor prestigio en la actualidad.Pregunta. ¿Ve usted algún peligro de enfrentamiento en el seno del mundo occidental por cuestiones comerciales o financieras?

Respuesta. En los Países Bajos estamos a favor de una CEE fuerte, pero también de una comunidad abierta en las relaciones comerciales con otros países. En el campo financiero criticamos los efectos de la política norteamericana, con tipos de interés excesivamente elevados. Pensamos que no es sabio y que es dañino, especialmente para los países fuertemente endeudados, como los de América Latina. Es un problema económico y político. Además, pedimos continuamente una actitud expansionista de las instituciones internacionales de crédito.

Abogamos por la austeridad en este país, pero en el campo internacional no cesamos de abogar por la expansión de las posibilidades del Fondo Monetario Internacional, especialmente en lo que atañe al Tercer Mundo.

P. ¿Qué se puede esperar de la CEE y de la próxima cumbre de Fontainebleau?

R. La CEE es una realidad, y a veces se olvida. Necesitamos abrir paso en algunas áreas, y prácticamente lo hemos logrado. Fue una pena que no pudiésemos ponemos de acuerdo con Margaret Thatcher sobre el llamado problema británico. Esperamos que en breve se pueda resolver. Pero la situación se ha complicado. Con las experiencias que hemos tenido con el Reino Unido y otros temas, hay una cierta tendencia, y riesgo, a que la gente empiece a hablar de una comunidad de dos velocidades.

Lo veo algo diferente. Necesitamos una comunidad amplia, con España y Portugal, no hay duda alguna. En esa comunidad puede ser útil el que, al margen de los campos en los que todos colaboramos, haya ciertas áreas en las que algunos países vayan un poco más allá.

Lubbers cita el caso del Benelux y la apertura de sus fronteras internas -"podríamos hacer lo mismo con Alemania Occidental"- o el ejemplo del Sistema Monetario Europeo, en el que no participan todos los países. Insiste en que esta segunda velocidad se aplique sólo a grandes programas específicos, "pero, para impedir que la Comunidad se degrade, abogamos continuamente por decisiones en la CEE por mayoría". Pide también un más amplio papel para el Parlamento Europeo y una nueva comisión con mayor autoridad. "Si logramos mejoras institucionales podremos combinar las dos cosas: un. concepto global de la comunidad como un todo y campos especiales". El primer ministro holandés considera que es mejor que el proyecto de Tratado de Unión Europea sea promovido desde la base, desde los Parlamentos, que a través de una nueva conferencia en la cumbre. En Fontainebleau "tenemos que lograr abrir camino, político y psicológico. Si Margaret Thatcher dijera que va a entrar en el Sistema Monetario Europeo para reforzar una de las instituciones, entonces algunos de los otros países se mostrarían más flexibles", señala.)

P. ¿Piensa usted que España puede aún ingresar en la CEE el día 1 de enero de 1986?

R. Sí; seguro. Los Países Bajos siempre hemos favorecido el ingreso de España. Pero cuando llegué a primer ministro, año y medio atrás, era algo escéptico respecto a que se pudiese conseguir en el tiempo previsto. Me parecía especialmente difícil para Francia. Cuando la visita oficial aquí del presidente François Mitterrand, recuerdo muy bien, estábamos sentados juntos en el palacio del Dam, y en ese momento para mí quedó claro que, como presidente de la CEE y como presidente francés, se había puesto a favor. Había abierto la brecha por sí solo. Por supuesto, hay problemas técnicos que resolver.

P. ¿Qué puntos principales piensa abordar con Felipe González?

R. Tres puntos sobre todo. Primero, que quede clarísimo que tenemos que resolver cuanto antes los problemas para hacer posible que España ingrese en la CEE. Segundo, dejaremos muy claro en Madrid que consideramos a España y a su primer ministro, a ambos, como un extra muy preciado para la CEE.

Lubbers habla de lo "bien que está digiriendo España su democracia", de la necesidad de que tome su lugar en la civilización europea y del papel de España en la CEE, en las relaciones con América Latina -"el antagonismo entre las dos Américas, EE UU y América Latina, es una debilidad estructural del mundo occidental que me preocupa"- y en el mundo árabe e islámico.)

Tercero está el aspecto bilateral. Si se miran un mapa y las fuerzas políticas, se ve París, Mitterrand; Londres, Thatcher, y Bonn, Helmut Khol. Se puede hacer otro dibujo, y pienso en el futuro: Roma, Craxi; Madrid, González, y nosotros aquí, en el Benelux. Serían, geográficamente, dos triángulos. Tenemos, en tamaño y potencia, una posición intermedia. Tenemos nuestras identidades nacionales. Nos sentimos algo diferentes del modo de pensar en París, Bonn y Londres. Espero sinceramente que en los contactos bilaterales podamos empezar luna larga cooperación entre los Países Bajos y España, y también frente a la comunidad. Y la cooperación política entre los dos puede mejorar.

La Comunidad no son sólo equis miembros. Hay siempre países y líderes detrás, con sus características políticas. Cuando se ven en los periódicos las visitas Bonn París, París-Londres, Londres Bonn, parece haber un triángulo. No me preocupa. Tienen que C00perar entre ellos. Pero es importante que haya un perfil político en los otros países y que algunos de ellos tengan contactos para tratar de influir en el desarrollo de la comunidad. España, Italia y el Benelux.... puede ser muy bueno que traten de desarrollar sus opiniones juntos. Y cuando González esté sentado en el Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno, tendremos una base para no limitarse a escuchar la línea Bonn-París-Londres, sino también para trabajar juntos y desempeñar un papel.

P. ¿Ve usted alguna relación, en el caso español, entre el ingreso en la CEE y la permanencia en la OTAN?

R. No. Espero que España se integre en la OTAN como miembro de la Alianza y mirando a la civilización europea. Pero no combino ambos temas. Quizá en la práctica haya una relación, pero hay países en la OTAN, como Noruega, que no están en la CEE, y se da el caso contrario, como Irlanda. Como holandeses, miembros de la CEE y de la OTAN, con características específicas de nuestra identidad nacional, nos encantaría que España ingresase en la comunidad y en la OTAN. Pero no lo veo interrelacionado.

P. ¿Cómo ve usted la OTAN?

R. Este país (Holanda) es muy pro-OTAN. Es una organización muy útil y necesaria. Por supuesto, tenemos nuestras opiniones sobre cómo debe continuar. Hay algunos problemas estructurales.

Lubbers cita la creencia en EEUU, que estima errónea, de que los europeos no hacen lo suficiente por su propia defensa. Y pide una mayor cooperación europea en el terreno de la industria de armamentos. De hecho, Holanda ha tomado la cabeza de esta iniciativa.)

P. ¿Es precisa una mayor dimensión europea para la defensa de Europa?

R. Sí. Pero dentro de la OTAN, por supuesto.

P. ¿Y las relaciones Este-Oeste?

R. Desde el punto de vista político, hay que decir que, debido al factor geográfico, estamos al lado de la Unión Soviética. Y para los europeos es más fácil desempeñar un papel en los esfuerzos pos Helsinki, teniendo con ellos contactos económicos, sociales y culturales. En Europa, desde España a los Países Bajos, es ridículo pensar que es arriesgado tener contactos con la URSS. Si se compara la Europa de nuestros días a la Europa de 30 años atrás, el comunismo del interior no es un problema real. Estamos vacunados. En todas partes hay comunistas, pero no es un peligro interno. Las democracias están tan fuertes que podemos permitirnos tener contactos con Moscú sin padecer un proceso de erosión, neutralismo o pacifismo.

'Siempre hemos favorecidoel ingreso de España'

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