Noche histórica de Menese
Y José Menese se rompió el corazón cantando como quizá yo no le había escuchado cantar jamás. Quienes tuvimos la suerte de estar esa noche en el auditorio del Círculo de Bellas Artes vamos a tener un punto de referencia para mucho tiempo: ¿recuerdas cómo aquella noche cantó Menese ... ?Cantó la petenera más grande y más hermosa que yo recuerdo haber oído, y mira que es un estilo ese que no consiente elevarse demasiado a lo sublime, aunque se oyó con mucho gusto.
Poco antes, José había comenzado bordando el taranto y la taranta, esa copla que Francisco Moreno Galván dedicó a los hijos del cantaor: "Al trigo en la granazón / le da un parecio mi Diego; / mi Pastorilla y mi Ana / pimienta y canela son. / ¡Y esa María de mi alma!".
Noches famencas
Cante: Manuel 'el Flecha', José Menese, Pepe 'el Malagueño', Chato de la Isla. Toque: Juan Carmona 'Habichuela', Paco 'de Antequera, Juan Antonio Muñoz. Círculo de Bellas Artes. Madrid, 21 y 22 de mayo de 1984.
Después se alivió por cantiñas, con lo relativo que para un cantaor como José puede ser el término "aliviarse".
En las soleares alcanzó otra cumbre difícilmente superable, y en las siguiriyas finales mantuvo esa tensión casi insoportable. Noches como ésta son las que han hecho de José Menese uno de los más grandes cantaores de este siglo, cuando su voz prodigiosa conjura a todos los duendes de lo jondo y los pone al servicio de un arte literalmente estremecedor.
Todo lo contrario es el cante de Chato de la Isla, quien con su voz, de una maravillosa musicalidad en los tonos, y sin aparente esfuerzo, hace una primorosa filigrana de cada estilo. No se entiende que relaje los cantes, porque les quita dramatismo; bien al contrario, los vertebra con rigor y recisión, y de cada uno hace una joya. Chato de la Isla es literalmente un sabio del cante.
Otras gamas del cante
Manuel el Flecha viene haciendo una carrera fundamentalmente en el cante atrás, para baile. Es buen conocedor, no en vano en su familia hay muchos nombres gloriosos, y hace con dignidad y honradez cantes tan probadamente difíciles como la malagueña de El Mellizo o las soleares.Pepe el Malagueño, un aficionado que vive con auténtica pasión todo lo relativo al flamenco, brilló en los cantes de su tierra, malagueñas, en la jabera, en las granaínas y en una amplia secuencia de diversos estilos levantinos; su voz alta, bien timbrada, responde exactamente a los requerimientos de esa gama de cante.
El nivel que alcanzaron los tocaores en estas noches flamencas es espléndido. Juan Carmona Habichuela dio su lección magistral, como de costumbre. Paco de Antequera y Juan Antonio Muñoz, cada uno en su forma de hacer, cumplieron con eficacia.
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