Democristianos y comunistas chilenos dialogan por vez primera desde el golpe militar
El primer contacto público de los últimos años entre dirigentes de las dos principales fuerzas de la oposición chilena, la democracia cristiana y el partido comunista, se ha iniciado esta semana en la ciudad de Concepción, a 500 kilómetros al sur de Santiago, incorporando al escenario político la posibilidad de un gran acuerdo nacional opositor.
Los dirigentes regionales de ambos partidos se sentaron, por primera vez desde el golpe militar, frente a frente en una mesa bajo la atenta mirada del arzobispo de la zona, monseñor José Manuel Santos, quien patrocina el diálogo.Pero sería prematuro augurar un pacto político nacional de las principales vertientes opositoras a la dictadura del general Augusto Pinochet, y pueden pasar meses antes de que esa iniciativa regional reciba el respaldo político central, opinaron dirigentes opositores en Santiago.
"Nosotros estamos dispuestos a llegar a acuerdos puntuales con el partido comunista, pero no haremos ningún pacto político con ellos", aclaró hace poco el presidente del Partido Demócrata Cristiano, Gabriel Valdés. Mientras, el Partido Comunista de Chile ha insistido en su tesis de que el pueblo tiene derecho a utilizar todas las vías, incluida la violencia, para derrocar al régimen, tesis que es rechazada de plano por la oposición moderada, aglutinada en la Alianza Democrática.
El diálogo en Concepción -una zona industrial donde tradicionalmente ha sido fuerte el partido comunista, y la izquierda en general- lo inició la Alianza Democrática tras varios contactos con una coalición de partidos de centro-derecha denominada el grupo de los ocho.
Después de llegar a algunos acuerdos sobre la necesidad de erradicar el terrorismo y la violencia de la vida política chilena, la Alianza Democrática -cuya base es el Partido Demócrata Cristiano- resolvió iniciar el contacto con el partido comunista.
La primera reunión de este tipo en los últimos años se realizó el lunes y fue calificada por sus protagonistas como "muy provechosa", aunque no se llegó a acuerdos concretos.
Los democristianos propusieron a los comunistas un acuerdo mínimo sobre la violencia, mientras que estos plantearon como premisa previa que se incorporaran al diálogo sus socios de la coalición izquierdista Movimiento Democrático Popular, que incluye también a los socialistas y al MIR.
"Es bueno que el partido comunista se comprometa para el restablecimento de una democracia firme. En este sentido, el ejemplo español es claro, ya que nadie puede desconocer el papel que el Partido Comunista de España desempeñó en el restablecimiento de la democracia", dijo el presidente regional de la Alianza Democrática en Concepción, Augusto Parra.
Mientras tanto, el régimen parece no tener ningún interés en el diálogo opositor. "Ese es un problema del señor arzobispo y no mío", dijo Pinochet cuando se le planteó este en cuentro patrocinado por monseñor Santos.
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