Aplastante victoria del partido oficialista en las elecciones del pasado domingo en Egipto

Los resultados definitivos de las primeras elecciones generales celebradas en Egipto desde el acceso al poder del presidente Hosni Mubarak arrojaron una victoria más amplia de la prevista del partido gubernamental (Partido Nacional Democrático), que con casi un 73% de los sufragios (exactamente el 72,987%) obtuvo el 87% de los escaños (391 de un total de 448) en la Asamblea del Pueblo, según informó ayer el ministro del Interior, Hassan Abu Bacha.

La mayoría del oficialista PND que supera los dos tercios de los escaños de la Cámara legislativa recién elegida, permitirá al partido del presidente Hosni Mubarak conseguir la reelección de éste sin necesidad de tener que pactar con el Neo Wafd.Ante esta aplastante derrota de la oposición, Fuad Seraguedin, líder del centroderechista Neo Nafd, que con un 15,119% de los sufragios es el único partido antigubernamental que logra una representación parlamentaria (57 escaños), reiteró ayer sus acusaciones de fraude de los comicios y anunció que recurriría por la vía judicial para "conseguir la anulación de los resultados en los colegios en los que se habían producido fraudes".

En una conferencia de prensa, a la que las autoridades intentaron dar un carácter solemne, el ministro del interior, Hasan Abu Bacha, tras dar a conocer ayer por la tarde los resultados de "las más importantes elecciones de la historia de Egipto", reconoció que había habido incidentes durante las votaciones del pasado domingo, pero, precisó, sólo en 88 colegios, Y prometió que tanto los jueces como los órganos de seguridad investigarían y aclararían los hechos.

El ministro confirmó también que, como se suponía desde el inicio del recuento de los votos, los dos partidos de izquierdas, el Partido Socialista del Trabajo (PST, socialdemócrata) y el Partido Nacional Unionista y Progresista (PNUP, marxista-nasserista), con tan sólo un 7,7% y 4,1% de los sufragios, respectivamente, no habían alcanzado el porcentaje mínimo del 8% para que algunos de sus candidatos hubiesen sido elegidos diputados.

Si el PNUP, que cuenta en determinadas zonas del país con una sólida implantación, quedara marginado del Parlamento, gracias, en cambio, a la alianza que concluyó con el laico Neo Walf, el grupo integrista islámico de los Hermanos Musulmanes, ¡legalizado en 1954, consiguió por primera vez en su historia dos escaños en el órgano legislativo. Salah Abu Ismail, enemigo del asesinado presidente Anuar el Sadat y defensor de sus asesinos ante el Tribunal de la Seguridad del Estado, formará, por ejemplo, parte de la nueva Asamblea.

Preguntado sobre lo que suponía para la política interior egipcia el acceso al Parlamento de esta poderosa organización semiclandestina que justificó el asesinato del anterior jefe de Estado, el ministro Abu Bacha se limitó a contestar que sus miembros habían "sido elegidos bajo la etiqueta del Neo Wafd y que seguían siendo ilegales".

Además de la exclusión en la Asamblea del Pueblo de los marxistas nasseristas, el pobre resultado del Neo Wafd, el más antiguo partido de Egipto, ha sorprendido a los observadores, que lo atribuyen no sólo a algunas manipulaciones por parte del PND, especialmente en las circunscripciones donde se presentaban ministros y altos cargos, sino a la pérdida de parte de su clientela copta cristiana asustada por su asociación contranatura con los Hermanos Musulmanes.

Por último, el bajo índice de participación en las elecciones anunciado oficialmente -43% de los inscritos en un censo en el que sólo figuran aproximadamente la mitad de los ciudadanos con derechos al voto- ha causado extrañeza. Sólo cinco millones de egipcios, sobre un total de 25 millones de electores potenciales, ha depositado una papeleta en la urna. En tiempos del desaparecido presidente Anuar el Sadat, la participación electoral superaba ligeramente el 50% y no menos del 99% de los votantes se pronunciaba por el partido en el poder.