El PNV de Navarra decide impugnar los acuerdos de la asamblea nacional que disolvieron su aparato directivo
La Asamblea Regional del PNV de Navarra ha acordado impugnar los acuerdos de la Asamblea Nacional que disolvieron el aparato directivo del partido en la provincia y decretaron la expulsión de 15 dirigentes navarros que se negaron a apoyar al representante de la coalición de centro-derecha en la elección del presidente del Gobierno foral. La Asamblea Regional, que se reunió a últimas horas de la noche del viernes en Pamplona, considera que la Asamblea Nacional se ha extralimitado en sus actuaciones en este caso, "arrogándose competencias que no son de su incumbencia".
Un comunicado hecho público ayer por el PNV de Navarra tras la celebración de la Asamblea Regional -a la que asistieron los apoderados municipales que representaban a los más de 1.000 afiliados con que cuenta el PNV en la provincia- resalta el hecho de que la falta de una doctrina clara y, sobre todo, de una experiencia suficiente en la práctica confederal del partido "es la causa fundamental de la actual crisis"."Confirmamos, una vez más, que nuestros burukides (dirigentes), parlamentarios forales y representantes", agrega la nota, "han actuado en todo momento y circunstancia de acuerdo con el mandato que les dimos en nombre de la totalidad de las asambleas municipales, por lo que al sancionarlos nos sentimos sancionados la práctica totalidad de los afiliados de Navarra".
Los apoderados navarros consideran como no adoptados los acuerdos de la Asamblea Nacional celebrada hace una semana en Artea (Vizcaya), que, además de las expulsiones y de la disolución de la dirección del partido en Navarra, ordenaba constituir provisionalmente una comisión gestora hasta la elección de nuevos directivos.
A la vez, los apoderados proponen el establecimiento de un plan de estudio, discusión y clarificación de los problemas que han originado la crisis interna, es decir: "Las competencias y responsabilidades decisorias de cada instancia del PNV y la forma de entender y practicar la disciplina dentro de la concepción confederal".
Los asistentes a la Asamblea Regional hacen en el comunicado una declaración pública de su adhesión a los principios nacionalistas vascos, al tiempo que rechazan "toda iniciativa que nos lleve a desintegrarnos del único partido nacionalista vasco". "Nuestra organización regional", añade este texto, "en modo alguno se ha autoexcluido del tronco común, por lo que tampoco puede considerarse disuelta".
Los apoderados navarros se reafirman en su tesis de que una cuestión como la presidencia del Gobierno de Navarra es competencia exclusiva de la Asamblea Regional, en contra de los argumentos sustentados por la Asamblea Nacional. Asimismo, estiman que la discusión sobre la situación creada "no puede ser suplantada por la eliminación de los que discrepan".
Por otra parte, la constitución de la comisión gestora está encontrando más dificultades de las previstas inicialmente por sus promotores. Algunas de las personas que en principio se daban como seguros componentes de la gestora, dada su vinculación al único miembro del Consejo Regional del PNV en Navarra no expulsado del partido, Carlos Clavería, han desmentido su posible participación en esta comisión.
Ello se debe, en opinión de fuentes nacionalistas solventes, a la fuerte oposición encontrada en el seno del PNV de Navarra, cuyos militantes respaldan abiertamente a los expulsados.
La decisión del Consejo Nacional, máximo órgano ejecutivo del PNV, de posponer la reunión en la que iba a ser designada la gestora se interpreta en círculos próximos al partido como una muestra más de los problemas que está encontrando para formar esta comisión.
