Tras las elecciones catalanas
Los resultados de las recientes elecciones autonómicas son un fuerte aviso al Gobierno socialista, que, hasta que no se demuestre lo contrario, no ha favorecido a ninguna clase social, haciendo una política que desde mi punto de vista está al servicio de sí mismo. La política realista de hechos del equipo de Pujol está muy por encima de los ataques de Obiols, que, como muy bien se ha venido insistiendo en la reciente campaña electoral, es un auténtico botifler ressentit, calificativo que no es ni mucho menos un insulto, sino que refleja una característica propia del líder de los socialistas catalanes, partido que tiene personas bastantes más competentes que su candidato.La política socialista, tan equivocada en el marco de la justicia y en el campo económico, ha perjudicado sorprendentemente y con mayor énfasis a los obreros, a la pequeña y mediana empresa y a los poseedores del poco capital que quedaba en España, haciendo, aumentar el paro considerablemente en lugar de reducirlo. En este período de crisis, con un futuro tan negruzco, los socialistas deberían haber tratado a Ruiz-Mateos de forma diferente que a Badalamendi, el capo de la Mafia, evitando así el pánico empresarial que la decisión caprichosa de Boyer produjo en su día. Invito a Roca Junyent a que consolide lo más rápidamente posible su proyecto reformista para que los españoles desengañados del falsamente llamado socialismo y los que no desean volver a un sistema político inspirado en el franquismo, como es Alianza Popular, puedan encontrar su verdadero marco político, tan necesario como imprescindible, pues tanto la derecha como el centro derecha disfrazado de socialismo tienen muy pocas cosas serias y prácticas que ofrecer. / Quim Orta.
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