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Luchas religiosas y de sectas provocan en la India 138 muertes

Más de 125 personas han muerto en la India desde el pasado jueves como consecuencia de enfrentamientos registrados en el Estado occidental de Maharashtra entre hindúes y musulmanes, al tiempo que un nuevo estallido de violencia sij -la secta extremista que pide más autonomía en el Estado noroccidental de Punjab- se cobraba 13 nuevas víctimas.Los enfrentamientos religiosos de Maharashtra son los más graves que se recuerdan desde hace años. Además de los 125 muertos ya indicados, más de 300 personas resultaron heridas, unas 6.000 se han quedado sin hogar, al menos 1.100 han sido detenidas y la policía ha decretado el toque de queda sobre un total de 11 barrios de Bombay, la capital del Estado.

La primera ministra, Indira Gandhi, que recorrió ayer las zonas afectadas con su hijo y virtual heredero, Rajiv, calificó los sucesos de "descorazonadores y dramáticos. En un país", añadió, "donde coexisten tantas religiones y que pasa por una fase de desarrollo crucial y delicada, estas cosas ocurren". El paro juvenil ha alcanzado en Bombay cotas alarmantes. Los enfrentamientos comenzaron el pasado 17 de mayo en la ciudad textil de Bhiwandi, cuando un grupo de musulmanes izó la bandera verde del islam en un edificio público. Las luchas callejeras se extendieron posteriormente a Bombay y a otras localidades del Estado.

Violencia en Punjab

Las fuerzas de seguridad tampoco consiguieron evitar que la violencia volviera a irrumpir en el Estado de Punjab, a pesar de que se habían adoptado medidas especiales para contener una nueva campaña sij que los servicios de información habían previsto.La agencia india de noticias afirma que han sido 13 las víctimas mortales que se han cobrado, en los últimos dos días, extremistas de ese signo. Un grupo de sijs que viajaba en un autobús obligó el lunes al conductor del vehículo a que se detuviera cerca de la ciudad de Moga y asesinaron allí mismo a cuatro pasajeros.

Otra persona no identificada fue asesinada ayer cerca de Fazilka, al sureste del Estado. Otros tres indios fueron muertos y cuatro heridos cuando elementos extremistas atacaron el lunes un mercado de grano en el distrito de Arnritsar, cerca de la frontera con Pakistán. Un policía fue asesinado a tiros en un pueblo próximo a Jullunder y un agente municipal en el distrito de Hoshiarpur.

Fuentes policiales han informado asimismo de la explosión de una granada en la ciudad norteña de Batala, que produjo la muerte de un sindicalista local e hirió a otras 15 personas. Durante los últimos 10 días se practicaron más de 300 detenciones en Punjab y se dictaron medidas de excepción, toque de queda incluido, en muchos lugares del Estado.

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