Los grupos pacifistas realizaran una marcha a Madrid el 3 de junio para pedir el referéndum sobre la OTAN
Los pacifistas españoles realizarán una marcha a Madrid el día 3 de junio desde diversas regiones para pedir un referéndum claro e inmediato sobre la permanencia de España en la OTAN y el desmantelamiento de las bases norteamericanas. Esta decisión fue tomada por la Coordinadora Estatal de Grupos Pacifistas en la última reunión celebrada en Madrid el pasado mes de abril. Los asistentes decidieron hacer coincidir en la marcha a Madrid los dos objetivos del referéndum y las bases, por pensar que se complementan, aunque se trate de dos campañas diferentes.
En una discusión previa, la Comisión Anti-OTAN expuso el criterio de unir el tema de las bases al referéndum, pero tras una votación que rechazó esta tesis la coordinadora acordó diferenciar ambos objetivos para no originar confusiones en la población, ya que las bases no son objeto del referéndum prometido por el Gobierno, aunque también formen parte de las reivindicaciones del movimiento pacifista.La marcha se iniciará el 2 de junio, con la afluencia de trenes de la paz hacia Madrid en la tarde de ese mismo día. Los participantes se manifestarán el día 3 desde el estadio Bernabéu a la plaza de la Cibeles, para terminar la jornada con un festival en la Casa de Campo. Al término de la manifestación, los grupos más directamente implicados en la campaña de recogida de firmas de apoyo al referéndum harán entrega de las mismas en el palacio de la Moncloa. Los pacifistas, a su vez, hicieron un llamamiento a los partidos políticos para que apoyen la marcha a Madrid y se abstengan de hacer propaganda individual y escrita.
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La polémica más fuerte, y en cierto modo la más ideológica, se centró en determinar si la coordinadora pacifista se iba a reunir en Valladolid el 27 de mayo, Día de las Fuerzas Armadas, tal como habían propuesto algunos grupos. Según los impulsores de esta medida, la reunión de pacifistas en Valladolid no debía entenderse como una provocación sino como una manera de mostrar a la opinión pública que existen otras opciones de defensa.Para la mayoría de los delegados, por el contrario, la convocatoria de Valladolid era una insensatez política que podía restar credibilidad al movimiento pacifista y que podría ser interpretado por ciertos sectores de opinión como una postura de enfrentamiento con el Ejército, con las consiguientes consecuencias negativas para el pacifismo español, "que no saldrá de la marginalidad si se empeña en ser radical a toda costa o si quiere realizar en España el mismo listón de crítica militarista que se hace en otros países del norte de Europa". Al final, prosperó esta última opinión, al votar en contra de la convocatoria de reunión 41 delegados, mientras 34 lo hicieron a favor y 12 se abstuvieron.
Entre los grupos asistentes a la reunión de la coordinadora era patente el descontento por la inflación de delegados que atribuían a los contrarios. La importancia de esta reunión hizo que gran parte de los grupos trajeran a delegados de provincias, en un intento de reforzar posiciones. Para algunos, observadores, la presencia de grupos próximos al PCE era excesivamente numerosa, a la vez que responsable de que el resultado de las propuestas haya sido relativamente moderado. Pero lo cierto es que casi todos los grupos acudieron hinchados, especialmente los que están ligados a partidos políticos extraparlamentarios. Un miembro del Movimiento de Objetores de Conciencia (MOC) denunció el importante número de miembros del PCE(ml) que habían acudido, "y que, paradójicamente, son militaristas, porque defienden un ejército popular y rojo".
El ala más posibilista del pacifismo se inscribe por lo mismo cerca de los partidos parlamentarios de izquierda, que, con la inhibición oficial del PSOE, quedan reducidos a las Juventudes Socialistas y a miembros del PSOE a título particular -algunos de ellos integrados en el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL)-, y al PCE, volcado en el tema pacifista, dispuesto a apoyar nuevos grupos próximos, y que alienta a sus militantes a que se integren o formen grupos pacifistas, como la Asociación Paz y Desarme de Madrid. El flanco radical, en un sentido puro y utópico, está representado por objetores y no violentos activos. Un tercer sector, también radical, pero fuertemente politizado, es el de los más rojos que nadie, ocupado por la Comisión Anti-0TAN, próxima al Movimiento Comunista (MC).
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