Los 'bebés-probeta' son más inteligentes que los demás, según el doctor australiano Wood
Los bebés-probeta, esto es, los niños nacidos de fertilización in vitro, son más inteligentes y superiores en muchos aspectos que los engendrados de forma natural, según ha declarado el doctor Carl Wood, jefe del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Monash en Melbourne, considerado como el más avanzado del mundo en esta técnica de fertilización artificial. Hace menos de dos meses este departamento consiguió el primer nacimiento en todo el mundo de un niño procedente de un embrión previamente congelado.
De acuerdo con el citado profesor, un estudio realizado entre 25 niños engendrados por inseminación en probeta, de uno a tres años de edad, ha demostrado que su inteligencia, coordinación motriz y desarrollo físico son superiores a la media. Estos niños son también más sociables y más decididos a conseguir sus propios objetivos que los demás.El doctor Wood declaró ante el Colegio Australasiático de cirujanos que estas diferencias tienen probablemente un origen genético, por cuanto los padres de tales niños suelen ser luchadores y decididos "y han sobrepasado muchas dificultades para tener hijos". El nivel socioeconómico de las familias implicadas e también superior al medio, ya que cada una de ellas ha tenido que pagar al menos 700 dólares (unas 100.000 pesetas) de los 2.250 que cuesta el tratamiento.
Selección genética
Otra revelación importante del profesor Wood fue la de que él mismo y otros doctores de su equipo están debatiendo con el Comité Ético de Fertilización In Vitro el futuro de la selección genética, es decir, de la selección del esperma y el ovario, para producir un niño de características determinadas."Algunas parejas ya nos lo están pidiendo, porque la mujer puede encontrar no satisfactoria alguna característica física del marido, o la esposa puede no estar contenta con alguna de sus propias características". Según el profesor Wood, es perfectamente posible seleccionar tipos de personalidad y cambiar la naturaleza de la raza humana, eliminando, por ejemplo, la tradicional agresividad en los varones, al inyectar hormonas femeninas en un embrión macho.
El doctor Wood puso también de relieve que los embriones fertilizados en probetas "son tratados con respeto y se intenta que sobrevivan", pero que no se utilizan en el caso de que los padres se divorcien. En este caso, se dejan de lado para una posible forma de adopción antes del nacimiento. En cualquier caso, los embriones no pueden sentir o pensar en este estado temprano y "muchos no sobrevivirían en el sistema natural".
El año pasado, el índice de éxito de la fertilización en probeta fue en Australia del 18%, lo que llevó al nacimiento de 83 niños. En la actualidad, en este país hay 170 niños que han sido fertilizados in vitro, y sólo uno de ellos nació con serias malformaciones, "por lo que no hay síntoma alguno de que estos procedimientos acarreen algún tipo de anormalidad".
En cuanto a los embriones congelados, Wood consideró que son "una forma de seguro", de forma que mujeres sanas en la actualidad puedan tener hijos a pesar de que sus órganos reproductivos resulten dañados en un futuro.
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