Los socialdemócratas de la RFA exigen a la Alianza Atlántica que adopte una nueva estrategia

Los 400 delegados del 30º Congreso del Partido Socialdemócrata (SPD), que se celebra en Essen (República Federal de Alemania), aprobaron ayer una resolución que exige una nueva estrategia de la OTAN no basada en la disuasión nuclear. Esta tarde se espera la presencia del presidente del Gobierno español, Felipe González, como huésped de honor.

Los debates sobre política exterior y de seguridad en el congreso del SPD en Essen no aportaron modificaciones sustanciales en las posiciones defendidas por el partido desde que pasó a la oposición. Toda la discusión de ayer tenía un aire de acrobacia verbal, casi de juego, porque el SPD está en la oposición y sin perspectivas de poder llevar a la práctica lo acordado en Essen.La actitud del ex canciller Helmut Schmidt, en la presidencia todavía hasta esta tarde, era todo un símbolo de la esterilidad de la discusión. El experto en temas de seguridad Egon Bahr pronunciaba su discurso ante los delegados y Schmidt leía el periódico con aire indiferente.

La resolución aprobada ayer parte del principio de que los intereses de seguridad de Europa occidental no son los mismos que los del socio atlántico (Estados Unidos), y la filosofía de seguridad no puede ser la misma en las potencias nucleares y las no nucleares.

La resolución deja claro en su punto primero que la RFA permanece, política y militarmente, ligada a la Comunidad Europea y la OTAN", pero a partir de esta definición de principios se acordó todo un catálogo de puntos que contradicen ideas vigentes en la Alianza Atlática.

El SPD considera inaceptable "una política de armamento que trate de obligar al contrario a rendirse gracias a una posición de superioridad", porque esto es un "peligro para la paz mundial".

El objetivo del SPD es la consecución de una "sociedad para la seguridad" que permita crear un orden de paz en Europa, donde se puedan superar los bloques. Con "gran preocupación" registra el SPD las desviaciones de la Administración norteamericana y pone como ejemplo los planes de Aisland Battle 2000, concepción -como dijo Egon Bahr- que supone el paso de una "defensa avanzada" hacia una "defensa ofensiva", pasar de la defensa en la frontera a una defensa en el territorio enemigo.

El congreso exige en la resolución una nueva concepción estratégica que "abandone la disuasión nuclear para implantar paso a paso una estructura defensiva convencional que, a largo plazo, logre una incapacidad estructural de ataque".

Categóricamente exige el congreso que "el territorio geográfico de las actividades de la OTAN no podrá ser ampliado ni contractual ni fácticamente".

El ambiente del congreso es más bien frío y aburrido, sin grandes enfrentamientos, como si los delegados fuesen conscientes de que están participando en un ejercicio de onanismo mental, al estar privados de la posibilidad de poner en práctica las resoluciones.

Ovaciones ayer sólo las cosechó el enviado del Frente Sandinista, Enrique Schmidt, ministro de Comunicaciones de Nicaragua, que estudió en la RFA. Schmidt dijo a los delegados: "Compañeros, podemos aseguraros que no pensamos invadir EE UU", y denunció a la Prensa que acusa a los sandinistas de todos los "turbios manejos".