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Descubierto un 'agujero' de 40.000 millones de pesetas en el fondo para pensiones de los empleados de Telefónica

Andreu Missé

Entre 40.000 y 45.000 millones de pesetas se cifra el desequilibrio patrimonial o agujero existente en las reservas de la Institución Telefónica de Previsión (ITP), que garantiza de forma exclusiva las pensiones de los 65.000 empleados que integran la plantilla de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), según un reciente estudio actuarial. El desfase en las reservas, conocido desde 1979 y denunciado por UGT, fue ocultado entonces por los directivos de Telefónica. Inmediatamente, a raíz de haberse limitado las pensiones de la ITP, los directivos suscribieron pólizas de un seguro privado para los altos cargos de la CTNE. La antigua dirección eludió afrontar un asunto tan espinoso como antipopular, cuyo alcance y magnitud no ha podido ser conocido por los empleados hasta que lo ha divulgado la actual comisión rectora, presidida por Francisco Martínez.

El trabajo, realizado a instancias de los actuales responsables de la institución, indica que para garantizar las prestaciones previstas, principalmente pensiones, la entidad debería contar a finales de 1983 con unas reservas de de 65.000 a 70.000 millones de pesetas, cuando en realidad esta partida sólo ascendía en dicha fecha a 26.000 millones de pesetas.Este desfase no supone ningún riesgo inmediato para los empicados que se jubilen en los próximos 15 años. Sin embargo, transcurrido este período de tiempo, y de seguir los criterios de cotización actuales, los fondos de la ITP resultarán insuficientes para cubrir las pensiones previstas.

De momento, los ingresos de la ITP son superiores a sus gastos. Así, en 1982, la recaudación ascendió a 12.618 millones de pesetas, mientras que los gastos sumaron 8.249 millones, lo que significó un excedente de 4.368 millones. No obstante, según el estudio actuarial el excedente debería ser de 10.000 a 12.000 millones de pesetas.

Para 1985, se prevén unos ingresos de 17.000 millones de pesetas, de los que 13.000 millones se dedicarían a pagar pensiones y demás prestaciones y los 4.000 millones de excedente se acumularían a las reservas. Pero para este año sería necesario destinar al fondo de la ITP unos 10.000 millones de pesetas, a fin de lograr que las reservas acumuladas totalizasen los 98.000 millones de pesetas.

Índice de cotización

La Institución Telefónica de Previsión es una entidad de previsión libre, de estructura mutual, que se nutre de las cuotas de los empleados y de la compañía, y de las rentas e intereses que genera el patrimonio de la entidad. Los empleados cotizan una cantidad equivalente al 4,3% de sus ingresos brutos y la compañía aporta otro 9% sobre la misma base.

La existencia del agujero en el capital reservado de la ITP ya fue puesta de manifiesto en el estudio actuarial de 1979, cuyas conclusiones no fueron divulgadas por sus responsables.

Aunque el control de la ITP escapaba entonces de las manos de los trabajadores, las presiones sindicales consiguieron limitar las pensiones de los directivos que habían alcanzado cifras desorbitantes. Así, en 1980 se estableció un tope máximo de pensión y, en consecuencia, también de cotización, utilizando el criterio del salario máximo en el convenio. Ello significó que, para 1982, el tope establecido era de 249.256 pesetas mensuales, por lo que resultaba una pensión máxima de 224.330 pesetas al mes.

A raíz de la limitación de pensiones y coincidiendo con los datos de que indicaban que el futuro de las pensiones era incierto, Telefónica contrató unas pólizas de seguros con la compañía Metrópolis para garantizar el nivel de pensiones de sus altos directivos.

El coste de estas pólizas, de las que se beneficiaron unos 200 directivos, se elevó a unos 1.250 millones de pesetas, de los que 1.200 fueron aportados por la compañía y los 50 millones restantes por los directivos. Ello significaba un auténtico regalo para los directivos beneficiarios del seguro, y una sería discriminación con el resto de personal, ya que mientras éstos aportaban un 32% al fondo de ITP, los directivos sólo aportaban un 4% a los seguros garantizados por la aseguradora.

El desfase en el capital reservado de la compañía pudo remediarse fácilmente en 1980 cuando ya se conocía el resultado del estudio actuarial. Los estudios actuariales indican que para garantizar el nivel de pensiones al salario real de jubilación hubiera sido suficiente con una cotización conjunta de empleados y trabajadores del 21,5%, de la que el 2,5% se dedicaba a cubrir el agujero existente en aquel momento. Sin embargo, para conseguir ahora los mismos resultados se precisa una cotización conjunta de casi el 30%, pues ahora se necesita destinar un 9% de la misma para cubrir el desfase en las reservas en el momento actual.

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