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Encierro de un centenar de funcionarios de la prisión de Burgos

Unos 100 funcionarios de la prisión central de Burgos se encuentran encerrados en los locales del centro desde la noche del lunes, como protesta por la, a su juicio, insostenible situación que viene atravesando esta prisión. Los funcionarios han manifestado que mantendrán el encierro hasta que exista una respuesta clara y coherente por parte de la dirección general sobre los hechos acaecidos en este centro en los últimos días, y que han calificado de "gravísimos".Según los encerrados -que en este momento suponen casi la totalidad de la plantilla, excepto los que están en servicio-, la falta de una respuesta adecuada por parte de la direcciónles ha forzado a mantener esta postura para garantizar "la vida e integridad flisica de los compafleros en el servicio y la de la mayoría de los internos, que desean cumplir su condena de acuerdo con lo -establecido por la ley".

Para los funcionarios, la situación ha llegado a límites impensables, y estiman que en el centro se violan los derechos más elementales de la persona, tanto de los funcionarios como de los internos.

Según el director de la prisión, Martiniano Martín, el ambiente entre los reclusos sigue. siendo tenso, y si bien está controlado, los internos persisten en su actitud de no acudir a los talleres, planteando, asimismo, problemas en el normal funcionamiento de los servicios de comedor. En este momento, 69 internos continúan recluidos en el departamento celular.

Plante de los reclusos

Los hechos inmediatos que han dado origen a esta situación, se remontan al martes de la pasada semana, cuando los reclusos iniciaron un plante ante la decisión de la dirección de hacer retirar unas mantas que los inter-nos habían colocado en los dormitorios, a modo de, separación entre las literas. Tras unos días de tensión, 21 reclusos fueron trasladados al centro penitenciario de El Puerto de Santa María, y otros internos iniciaron un conato de amotinamiento.Para el Sindicato Democrático de Prisiones, el origen de estos problemas, que se producen cíclicamente, radica en las deficiencias estructurales del centro, que no está mínimamente preparado para albergar a este tipo de reclusos, conceptuados de alta peligrosidad, y que están organizados en bandas. En opinión del sindicato, el centro debería ser inmediatamente cerrado y, una vez remodelado, destinarse a reclusos de menor conflictividad.

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