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CANARIAS

Rescatados los cadáveres de los dos niños que buscaban un balón caído en una tubería

Juan José Díaz Díaz y Miguel Ángel Moreno, primo del anterior, ambos de 13 años de edad, perecieron por asfixia en Santa María de Guía (Gran Canaria) en el interior de una tubería de desagüe, en la que se habían introducido a las 11.00 horas del domingo para recuperar un balón de fútbol. Las primeras personas que acudieron en su auxilio pudieron escuchar lloros y gemidos, pero los equipos de rescate que se trasladaron al lugar tardaron más de 14 horas en recuperar a los niños ya muertos por inhalación de monóxido de carbono.

El balón cuesta unas 2.500 pesetas pero, según dijeron compañeros de los fallecidos, llevaba la firma del jugador del Club de Fútbol Barcelona Enrique Castro, Quini.Los dos niños se encontraban jugando a fútbol el pasado sábado por la tarde en compañía de varios amigos, cuando el balón se introdujo en una tubería del futuro polideportivo de Montaña Alta, a unos 40 kilómetros de Las Palmas. Varios de los niños, ayudados por la luz de alguna vela, se introdujeron en la tubería, de 1,20 metros de circunferencia en la boca de entrada, pero desistieron de la operación al observar que las velas se apagaban y que respiraban con dificultad.

Al día siguiente, domingo, seis de los muchachos volvieron al lugar a media mañana, equipados en esta ocasión con linternas. Los primeros en introducirse fueron Juan José y Miguel. Carmelo Moreno, hermano de Miguel, que también entró en la tubería, dijo después de la tragedia: "Al poquito de estar abajo, notaba que me asfixiaba. Dimos la vuelta y empezamos a llamar a Juan José y a Miguel. Ellos no salieron".

A partir de entonces, los niños pidieron ayuda a varios vecinos de la localidad. Dos de ellos se introdujeron en el tubo, de unos 100 metros de largo, a las 12.30 horas. El tubo se estrechaba a medida que los hombres avanzaban y, según dijeron más tarde, tuvieron que regresar porque tenían grandes dificultades para respirar. No obstante, comentaron que habían podido escuchar gemidos de los niños y que habían visto la linterna que llevaban.

Hacia las 18.00 horas, penetraron en la tubería miembros de un equipo de espeleólogos que se trasladaron desde Las Palmas. También por encontrar fuertes dificultades respiratorias, los espeleólogos, que no llevaban botellas de oxígeno, tuvieron que salir del tubo, a pesar de que se encontraban a escasos metros de la zona en la que se habían quedado los niños. También en este caso, dijeron que habían visto la linterna encendida y que les había parecido escuchar gemidos o lloros.

Tras este segundo fracaso, se decidió la utilización de dos máquinas excavadoras para intentar romper el tubo, con los objetivos de hacer llegar oxígeno a los niños y poder acceder con más facilidad adonde se encontraban. La tubería, sin embargo, estaba obstruida, por lo que la operación resultó nuevamente fallida. El tubo se introducía en el terreno y, en la parte más profunda, estaba a 13 metros bajo tierra.

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Por último, ya en la madrugada de ayer, espeleólogos y miembros de la Guardia Civil se introdujeron en la tubería equipados con botellas de oxígeno. Fue un guardia el primero en llegar al lugar donde se encontraban, ya sin vida, los cuerpos de los dos niños. Los cadáveres estaban boca abajo, prácticamente uno encima del otro, y a unos 50 metros de la boca de entrada de la tubería.

Con ayuda de otros miembros del equipo de rescate, los cadáveres fueron sacados al exterior a las 02.00 horas de ayer, ante cerca de un millar de personas congregadas en el lugar. Entre ellas se encontraban los familiares de los niños.

La tubería de desagüe presentaba exhalación de monóxido de carbono como consecuencia de la fermentación de basuras y vegetales acumulados. Ello hace suponer que los niños debieron de encontrarse sin fuerzas pocos minutos después de introducirse en el tubo y, posiblemente, acabaron perdiendo el conocimiento.

Los vecinos de Santa María de Guía criticaron ayer con dureza la deficiente actuación de las autoridades responsables de las operaciones de protección civil. El alcalde de la localidad, Óscar Bautista, tuvo conocimiento de los hechos, según manifestó él mismo, a las 15.00 horas del domingo, cuando los niños llevaban ya cuatro horas en el interior de la tubería.

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