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Reportaje:ACTIVOS FINANCIEROS

Un hotel de lujo para los ahorros

El mercado de activos financieros (documentos que suponen la concesión de un crédito del comprador al emisor) ha registrado un importante aumento, tanto en ofertas de nuevos productos como en el volumen de transacciones, en los últimos años. Las características básicas de estos activos son las siguientes:- Pagarés del Tesoro. Son emitidos por el Estado como fuente de financiación del Tesoro público y se han convertido en el último año en los amos y señores de la renta fija, ya que los tipos de interés a los que se han subastado oscilan entre el 14% y 16%, consiguiendo una tasa en torno al 15% en el mercado secundario. La amortización es a seis meses o un año. Registran una tendencia a la baja en sus tipos de interés en las últimas subastas.

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- Pagarés de empresa. Son semejantes a los pagarés del Tesoro, aunque los emisores son empresas privadas, por lo que se pierde seguridad, lo que proporciona unos rendimientos más elevados, que oscilan entre el 15% y el 17%. Sin embargo, hasta el momento sólo las grandes empresas han acudido a este mercado, y a través de grupos financieros de primer nivel, por lo que la seguridad es relativamente alta.

- Letras de cambio. Tienen características similares a los pagarés de empresa, aunque poseen una garantía adicional de seguridad, ya que son efectos librados por las entidades crediticias y bancarias, extendidas a su propia orden, aceptadas por alguno de sus clientes e intervenidas por un agente mediador colegiado. Los tipos de rendimiento son ligeramente inferiores a los pagarés de empresa, ya que tienen mayor seguridad. Se emiten al plazo de un año, aunque es posible su negociación en el mercado secundario a plazos más cortos.

- Bonos del Estado. Este activo se sitúa en la actualidad con una rentabilidad del 15,5% y un plazo de amortización de tres años.

- Bonos de caja. Constituyen el medio de captación de recursos reservado exclusivamente a los bancos industriales. El rendimiento se sitúa entre el 12% y el 14% nominal, que se eleva al 17%-19% si se incluyen las decisiones fiscales en el IRPF. También gozan de exenciones tributarias en el impuesto de sucesiones. La emisión suele ser a tres años, y cuentan con un mercado secundario muy fluido.

- Bonos de la banca oficial. Títulos desgravables en el impuesto sobre el rendimiento de las personas físicas (IRPF), pero no en el impuesto sobre sucesiones. Cuentan con unos rendimientos semejantes a los bonos de caja bancarios, con períodos de amortización que oscilan entre los tres y los cinco años.

- Cédulas hipotecarias. Cuentan con garantía hipotecaria y desgravaciones fiscales, por lo que su rentabilidad es algo inferior a la de los bonos bancarios, aunque logran aproximarse a los bonos de los bancos industriales y a la deuda pública a medio plazo. De todas formas, superan claramente a los bonos del Tesoro y bonos del Estado, al alcanzar una rentabilidad que gira en torno al 18% incluyendo las desgravaciones fiscales.

- Deuda pública a medio plazo (desgravable). Emitida por el Estado, goza de desgravación fiscal, lo que eleva su rentabilidad real al 17%-19% con una rentabilidad nominal del 12% al 14%. Las emisiones son a medio o largo plazo, aunque actualmente oscilan en torno a los tres o cuatro años.

- Bonos eléctricos. Emitidos por las compañías eléctricas, gozan de una doble desgravación: el 15% en la cuota por inversiones, al igual que todos los títulos con cotización calificada, y además la desgravación del 95% en el antiguo impuesto de rentas de capital. Este hecho eleva su rentabilidad real al 21%-24%, lo que les convierte -junto con las obligaciones de las empresas industriales- en el activo más rentable de la actual oferta. Los plazos de amortización de estas emisiones oscilan entre los cuatro y seis años.

- Obligaciones del Estado. Títulos de la deuda pública que se distinguen por contar con un plazo de amortización que oscila entre los cinco y los ocho años. No gozan de desgravación fiscal, aunque sí de la garantía del Estado.

- Obligaciones de entes públicos. Actualmente el mercado está viviendo una avalancha de emisiones de obligaciones de las comunidades autónomas, así como de los organismos autónomos de la Administración. Este tipo de emisiones casi siempre cuenta con ventaja fiscal, ofrece un amplio abanico de rentabilidades y unos plazos de amortización situados entre el medio y largo plazo.

- Obligaciones industriales. Títulos emitidos por las empresas públicas o privadas y que cuentan generalmente con plazos de amortización entre cinco y 10 años. La rentabilidad se sitúa en el 14%-17%, aunque incluyendo las desgravaciones ésta se eleva hasta el 17%-22%.

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