_
_
_
_

Fuerte resistencia de los países latinoamericanos a las políticas de austeridad fijadas por el FMI

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Las manifestaciones sangrientas en la República Dominicana contra el incremento de los precios de los alimentos y las fuertes protestas en otros países latinoamericanos contra las políticas de austeridad recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) han puesto de manifiesto estas últimas semanas el rechazo social en este área a las drásticas medidas de ajuste impuestas por este organismo monetario supranacional, y han dejado claro que la crisis económica que asola a la mayoría de las naciones de esta zona está muy lejos de superarse.Además, según un estudio que acaba de aparecer, del que son autores Richard Mattione y Thomas Enders, ex subsecretario de Estado para asuntos Interamericanos y actual embajador de Estados Unidos en España, los países latinoamericanos necesitan expandir su comercio con los de la zona industrializada para facilitar el recorte de su deuda externa, que en estos momentos supera los 330.000 millones de dólares.

Este informe subraya que los países deudores no han forzado su estrategia comercial, y que su única alternativa es, precisamente, incrementar su comercio. La recuperación en los países de ese área será lenta aunque se produzca un fuerte tirón en los países industrializados y se mantengan estables los tipos de interés, señala el infor me. En lo que consideran "un estudio menos optimista que otros ya publicados", los autores predicen una lenta recuperación de los países occidentales.

Graves disturbios

Entre los disturbios que ya se han producido en las últimas semanas, como consecuencia de los ajustes económicos adoptados destaca el saqueo a diversos supermercados en Brasil, actualmente el país más endeudado del mundo. En Chile, las autoridades militares ya han dejado entrever un cambio en la política monetaria que estaban manteniendo hasta ahora, después de las fuertes protestas sociales de los últimos meses.Mientras tanto, en Argentina, país donde se restauró la democracia el pasado año, se está discutiendo en estos momentos si se acepta el fuerte plan de austeridad impuesto por el FMI con objeto de conseguir hacer frente a los 43.600 millones de dólares a que asciende su deuda externa. Algo parecido sucede en Perú, amordazado por un endeudamiento de 12.600 millones de dólares, país en el que se han evidenciado reticencias para aceptar similares ajustes económicos, aunque en estos momentos sus autoridades parecen dispuestas a asumirlos, tras ser aprobado por el FMI la pasada semana, la concesión de un crédito de 340 millones de dólares.

Buena prueba de que unas políticas económicas de mayor sacrificio no son bien acogidas en la zona, son los 50 muertos que ocasionó en la República Dominicana la pasada semana la subida de un 50% en los precios alimenticios decretada por el Gobierno, siguiendo las directrices marcadas por el Fondo Monetario Internacional al concederle una renovación de un crédito de 450 millones de dólares. El presidente de El Salvador, Jorge Blanco, ya ha señalado por su parte, que es necesario que el organismo monetario supranacional flexibilice sus peticiones "para evitar problemas en el país". Mientras tanto, en Bolivia ya se ha convocado para esta misma semana una huelga general de 72 horas en protesta por las medidas de austeridad decretadas por el Gobierno, que incluyen una devaluación de un 75%.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_