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Elecciones autonómicas de Cataluña del 29 de abril

El aumento de la participación y el enfrentamiento entre CiU y los socialistas marcan el final de la campaña electoral

El presidente del Gobierno y secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Felipe González, afirmó anoche en Barcelona que "salvo que se sea pequeño y enano mental debe comprenderse que tengo derecho a venir aquí, para solidarizarme con mis compañeros socialistas y para decirles a mis compatriotas de Cataluña que voten", en una clara alusión a las críticas de Jordi Pujol por su presencia en la campaña electoral catalana. El presidente de la Generalitat, por su parte, definió su propuesta electoral de "abierta e integradora", en el mitin que celebró CiU en la plaza de toros Monumental, donde fue presentado como "salvador de Cataluña" y aclamado como tal por sus seguidores. En este mismo mitin, Miquel Roca criticó la "carretada de ministros" del Gobierno socialista que "han venido para hacer lo que los de aquí no se ven capaces de hacer", y afirmó que CiU no tenía a un candidato, sino a un presidente.

Estas frases, pronunciadas en los mítines de fin de campaña, expresan el grado de enfrentamiento al que han llegado las dos fuerzas políticas que pugnan por conseguir la presidencia de la Generalitat. La seguridad que las encuestas y todo el desarrollo de la campaña electoral concedían a CiU se ha visto mitigada por la apuesta final socialista de desplazar a Cataluña a Felipe González, circunstancia que ha sido acogida con nerviosismo en las filas convergentes.Pese a este fin de campaña caliente, fuentes de la Guardia Urbana informaron que el tráfico de salida de Barcelona era el normal de los otros fines de semana, por lo que una buena parte de los barceloneses partió ayer para pasar los días festivos fuera de la ciudad.

La decisión de que Felipe González viajara a Barcelona para participar en el mitin socialista de cierre de campaña se adoptó a propuesta del vicepresidente Alfonso Guerra, durante la reunión del Consejo de Ministros del miércoles pasado, según fuentes socialistas. El presidente del Gobierno mantuvo hasta entonces sus dudas sobre si era o no procedente tomar esta decisión, pero se impusieron los argumentos de Guerra, en el sentido de que los socialistas catalanes no iban a entender que el secretario general del PSOE les dejara desasistidos en esta ocasión, lo que podía sentar un mal precedente en toda España, y de que el peligro de una alta abstención que perjudicaría la izquierda era muy real.

Las plumas oficial u oficiosamente puestas al servicio de Convergència pusieron ayer el resto aprovechando la polémica en torno a la participación en la campañía de Felipe González, secretario general del PSOE, pero también presidente del Gobierno. Miquel Roca, número dos de Convergència, publicaba ayer dos artículos en otros tantos diarios de Barcelona: ¿Por qué no viene Escuredo? y Adiós, señor Obiols; bienvenido, señor González, eran los combativos títulos. ¡Felipe, vete a casa!, era el titular de ayer de la columna habitual de Joan Ramon Colomines-Companys, el jefe del gabinete del conseller de Sanidad, en otro rotativo. El "viaje de Felipe González" fue objeto de un editorial desfavorable de Avui, mientras El Correo Catalán publicó un comentario sobre la polémica intervención de Alfonso Guerra en un mitin de la víspera: Insultos y vergüenza, era su titular. La información del mitin la encabezaba el siguiente título: Guerra volvió a insultar, rodeado de guardaespaldas, en un barrio obrero. El vicepresidente del Gobierno introdujó ayer un nuevo elemento de polémica al verter en Sabadell una dura acusación contra Roca: "Este señor que tanto defiende a Cataluña", dijo Guerra, "ha estado llorándonos un cargo, un puesto, una embajada, para dejar CiU y la política en Cataluña. Lo que pasa es que nosotros no compramos políticos".

Otro rotativo, La Vanguardia, editorializó anunciando que quería comprometerse explicitando su voto, pero concluía unos largos razonamientos sin introducir ninguna sigla partidista.

La decisión del presidente Felipe González de participar en el último día de la campaña electoral provocó preocupación en las fuerzas alineadas con Jordi Pujol conscientes de la trascendencia de que el líder socialista intentara levantar la participación, una vez conocidas las estimaciones de lo que supondría el nivel de participación recogido en los últimos sondeos. Los publicitarios de Convergència i Unió distribuyeron ayer páginas enteras de publicidad con el eslogan Todos, de paso; nosotros, siempre aquí.

Después de explicar que desde octubre de 1982 "algunos políticos" han tenido muchas ocasiones para visitar Cataluña -inundaciones, exposiciones culturales, ferias, etcétera- y no lo han hecho, se decía: "Sólo vienen cuando hay elecciones, pero después se van; nosotros, siempre aquí". El dibujo de un avión que abandona Cataluña acompañaba el texto. Lluís Armet, número dos de la candidatura del PSC, ofreció ayer en un debate radiofónico con el conseller Macià Alavedra retirar la presencia del presidente del Gobierno a cambio de que Jordi Pujol aceptara el reclamado debate cara a cara con Obiols.

Rosas y claveles

Los partidos aprovecharon que se celebraba en Cataluña el Día del Libro, trasladado a la jornada de ayer por coincidir la fecha tradicional con el lunes de Pascua, para pedir el voto de una forma más original que de costumbre: con rosas y claveles, si bien es cierto que CiU sentó un precedente de este tipo en marzo de 1980, con muy buenos resultados, por lo que se vio. Adolescentes y niños fueron los más beneficiados en el reparto de claveles que efectuaban en coche los militantes de CiU y de las rosas que regalaban desde la caseta instalada en la Rambla los miembros del PSC.

Los líderes políticos tampoco desaprovecharon la ocasión que les brindaba la afluencia de público. Heribert Barrera, candidato de ERC, paseó entre los distintos puestos de libros, al igual que Pepa Flores y Antonio Gades, quienes junto con el secretario general del PC, Ignacio Gallego, y el candidato Pere Ardiaca, hicieron campaña a favor del Partit dels Comunistes de Catalunya. Los líderes del PSUC también bajaron a la arena. Ramón Espasa repartía propaganda de su partido en las abarrotadas Ramblas, mientras otra parte del partido estaba ocupada en los preparativos del mitin-fiesta que se celebró durante la tarde y noche de ayer. Jordi Pujol firmó libros suyos en unos grandes almacenes del centro de la ciudad, y Raimon Obiols estuvo en una caseta electoral de la plaza de Cataluña.

Jordi Pujol, formalmente como presidente de la Generalitat, acudió anoche a Barberà del Vallès a inaugurar la Feria de Abril que desde hace varios años se celebra en esta población del cinturón de Barcelona y en la que se concentran gran cantidad de inmigrantes procedentes de Andalucía. Otros candidatos, como el socialista Raimon Obiols o el comunista Antoni Gutiérrez Díaz, desfilarán mañana, jornada de reflexión, por la feria. Los últimos votos se arañan en el último minuto.

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