Secuestrados en Italia cuatro libros sobre la logia clandestina P-2
El secuestro de cuatro libros sobre la logia clandestina masónica Propaganda Due (P-2), que dirige Licio Gelli, ordenado el miércoles por el magistrado Piero Dini, presidente del Tribunal Civil de Varese, ha suscitado una gran polémica en Italia, en la que han intervenido los magistrados, las fuerzas políticas y hasta el propio presidente de la República, Sandro Pertini.
Los cuatro libros retirados de la circulación, con el consiguiente secuestro judicial de las planchas tipográficas utilizadas en su edición, son: La irresistible escalada del poder, firmado por un grupo de personalidades del Partido Comunista Italiano (PCI), entre ellos Giovanni Berlinguer, hermano del secretario general del PCI; Corrompidos y corruptores, del periodista de Il Messaggero Sergio Turone; Un cierto Benedetti, del escritor Alberto Statera, y El banquero de Dios, del inglés Rupert Cornwel.
El secuestro fue decidido por el juez Dini a raíz de una denuncia presentada por Umberto Ortolani, un personaje clave de la P-2, abogado personal de Licio Gelli, que está considerado como el intermediario entre la secta clandestina y el Vaticano. Ortolani, que ha huido a América Latina, ha considerado que en dichos libros se le denigra gravemente y ha pedido una indemnización por daños y perjuicios de varios miles de millones de pesetas.
La decisión del magistrado de Varese, que es una importante personalidad del Partido Socialista Italiano (PSI), ha sido muy criticada por el partido comunista, que considera innecesario el secuestro.
Interviene Pertini
Por su parte, el jefe del Estado, Sandro Pertini, interrogado por un periodista, respondió que dicho secuestro le parecía "una cosa absurda". Y la respuesta de los abogados de Ortolani ha sido inmediata: han enviado una carta a Pertini pidiéndole explicaciones acerca del significado de su frase. Eso sí, con gran respeto y declarándose dispuestos a escucharle.Al mismo tiempo, las empresas editoriales afectadas por el secuestro han anunciado ya que recurrirán la decisión del magistrado de Varese, mientras en Pescara se ha organizado, como gesto de protesta y de provocación, la presentación del libro de Turone, con el autor presente, y la venta pública del volumen prohibido.
Los observadores temen que el gesto arrogante de Ortolani, fugitivo de la justicia, pueda significar una resurgimiento del poder oculto de la P-2 en el momento en que están a punto de llegar de Uruguay cajas enteras de documentos secuestrados por el Gobierno de aquel país en una casa de Licio Gelli, y que pueden resultar muy comprometedores.
Por su parte, los comunistas, que, junto con los radicales, eran los únicos que no figuraban en las listas de Gelli, acusan a los socialistas de querer hacer borrón y cuenta nueva con el escándalo P-2, en el que se vieron implicadas personalidades del PSI. Los socialistas, a su vez, acusan a los comunistas de aprovecharse de su inocencia para explotar políticamente el turbio asunto, relacionado con el golpe blanco que, al parecer, había organizado Licio Gelli.
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