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Yasir Arafat, contra los últimos atentados palestinos en Israel

En un atrevido alarde de moderación que puede ahondar aún más las divergencias en el seno de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el máximo dirigente palestino, Yasir Arafat, acaba de criticar públicamente en Túnez los últimos atentados perpetrados en Israel por comandos palestinos.

En privado, con algunos de sus huéspedes no periodistas, el líder de la OLP llegó a calificar recientemente de "crímenes" y "errores políticos" las tres últimas acciones violentas antiisraelíes de Jerusalén y Ashkelon; pero, ante la media docena de corresponsales, entre los que se encontraba el enviado especial de EL PAIS, que le visitaron aquí, Arafat matizó su condena y se limitó a afirmar que "hay una gran diferencia entre los ataques contra objetivos militares y los dirigidos contra blancos civiles". "Estoy en contra de las operaciones contra los civiles"."Estas acciones", prosiguió, en la casa situada al borde del mar el representante de la resistencia palestina en Túnez, donde recibió el martes a los periodistas, "son el mejor pretexto para que ellos (los israelíes) practiquen después el terrorismo oficial contra nuestros civiles, cuya lista, desde la matanza de Deir el Yassin hasta las de Sabra y Chatila, se alarga constantemente". "La violencia extremista", concluyó, "engendra aún violencia más extremista".

La explosión, en diciembre, de una bomba en un autobús municipal de Jerusalén; el ametrallamiento, a principios de abril, de transeúntes en el centro de la ciudad santa, y el secuestro este mismo mes de un autocar de línea que enlazaba Tel Aviv con Ashkelon, reivindicados por dos organizaciones marxistas (el Frente Democrático y el Frente Popular para la Liberación de Palestina), causaron la muerte de seis civiles israelíes y de una mujer soldado, mientras otros 58 civiles resultaron heridos.

Aparentemente relajado y en buena forma física, en la espléndida localidad costera de Gamart, a 20 kilómetros de Túnez capital, donde tras su destierro de Beirut ha establecido su cuartel general, Arafat, de 56 años de edad, contestó a una pregunta sobre los votos que los electores judíos asustados por los atentados darán probablemente a la coalición derechista en el poder en las próximas elecciones legislativas de julio, recordando que él no era "el portavoz de las facciones que los habían cometido, aunque éstas formen parte de la OLP, como el Herut -el partido más extremista de los que apoyan al Gobierno israelí- integra el Likud".

La lucha armada sigue

Abu Amar -nombre de guerra del jefe palestino- dejó claro, sin embargo, que sus reticencias ante las últimas acciones violentas no significan que su organización abandone la lucha armada contra Israel -"porque los europeos tampoco renunciaron a combatir al nazismo"-. Asimismo, se negó a expresar sus preferencias por el laborismo o el partido Likud en los comicios israelíes, reiterando simplemente que su único candidato "es la paz", pero sin precisar si ésta llevaba el nombre de una lista electoral. La mayoría de los responsables de los territorios bajo ocupación israelí de Cisjordania y Gaza se han pronunciado de forma matizada por una victoria de la izquierda laborista.Tampoco fue más explícito a la hora de contestar si, tras las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, era menos malo para la causa palestina que Ronald Reagan permaneciese en el poder o que su rival demócrata le sustituyese al frente del Ejecutivo.

"Solo sé", respondió, "que prefiero a los presidentes norteamericanos una vez que han salido de la Casa Blanca", y recordó a continuación cómo tras el funeral del jefe de Estado egipcio Anuar el Sadat los ex presidentes Richard Nixon, Gerald Ford y Jimmy Carter se pronunciaron conjuntamente por un diálogo directo entre Washington y la OLP.

"Mi objetivo", insistió El viejo, como le llaman sus seguidores, "son unas negociaciones directas bajo el patrocinio de las Naciones Unidas", y para ello es "indispensable llegar previamente a un acuerdo con el rey Hussein de Jordania y el presidente sirio Hafez el Assad", que le expulsó de su país hace 11 meses, pero con el cual los soviéticos están intentando reconciliarle.

A lo largo de las dos horas del encuentro con la Prensa, Arafat se mostró optimista, a pesar de las persistentes divergencias interpalestinas, sobre la posibilidad de convocar en breve en Argel el Consejo Nacional Palestino (parlamento en el exilio), cuyo aplazamiento fue solicitado por las facciones radicales. "En mayo, o a lo sumo en junio", dijo, "se celebrará la reunión" de la máxima instancia palestina, a la que "acudirán sólo los verdaderos palestinos", dando así a entender que los grupos favorables a Damasco y Trípoli no participarían en ella.

Con una amplia sonrisa, Arafat, rehusó, por último, comentar la ruptura de relaciones diplomáticas entre el Reino Unido y el régimen de Libia, que dirige el coronel Muamar Gadafi, para, según explicó, "no empeorar aún más mis relaciones con él".

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