_
_
_
_

Un hijo de Robert Kennedy, hallado muerto en un motel de Florida

David Anthony Kennedy, de 28 años, cuarto de los once hijos de Ethel y Robert Kennedy, ex ministro de Justicia norteamericano asesinado en 1968 en Los Ángeles, fue hallado muerto en la mañana de ayer en un motel de Palm Beach, en el Estado de Florida. Se desconocen las causas de su muerte. El juez decretó la autopsia del cadáver.

Según fuentes policiales, que no informaron sobre las causas del fallecimiento aunque se presume que podría estar relacionado con el consumo de drogas, David Kennedy se hallaba de vacaciones en la localidad turística, donde su abuela Rose Kennedy, de 93 años, jefa del poderoso clan familiar al que el difunto pertenecía, posee una mansión.De acuerdo con la información policial David Kennedy se instaló el viernes pasado en la habitación 107 del motel Brazilian Court de la localidad playera y desde allí habría realizado algunas visitas a su abuela Rose, cuya mansión distaba 8 kilómetros del edificio hostelero.

El joven fallecido, que era sobrino del presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy, asesinado en Dallas en noviembre de 1963, había sufrido anteriormente varias hospitalizaciones motivadas por el consumo de droga.

El pasado mes de septiembre fue ingresado en un sanatorio de Boston, en el Estado de Massachusetts, para ser atendido de una lesión de corazón, endocarditis bacteriana, habitualmente relacionada con la adicción a drogas duras, según fuentes cercanas a la familia.

Del mismo modo, fue sometido a varias curas de desintoxicación en Califomia, que trascendieron a la opinión pública a través de la Prensa.

En una ocasión su nombre apareció en las primeras páginas de los diarios norteamericanos, cuando hace cinco años fue asaltado por cuatro individuos en un hotel de dudosa reputación en el barrio neoyorquino de Harlem, en donde la policía aseguraba que se traficaba con drogas duras. Los ladrones le robaron entonces doscientos dólares que David tenía consigo.

Igualmente, la policía de tráfico de la localidad califomiana de Sacramento impuso el año pasado a David Kennedy una multa de 380 dólares, casi 60.000 pesetas, por conducir bajo los efectos del alcohol.

Su familia le puso en manos de Donald Juhl, un médico experto en el tratamiento de jóvenes adictos a la droga. Poco después se aseguró que David había superado sus problemas con las drogas y que se había inscrito en la facultad de Periodismo de la universidad norteamericana de Harvard, en cuyas orlas estudiantiles figuraron muchos de sus célebres parientes y donde en la actualidad estudian los más aplicados de sus numerosos pfimios.

Su hermano Robert F. Kennedy II, fue condenado el mes pasado a dos años de prisión por posesión de heroína.

La oficina del senador Edward Kennedy, tío del difunto David y jefe del clan familiar, emitió ayer un comunicado en el cual lamentaba la muerte del joven David y mostraba el dolor de la familia entera por su pérdida.

"Tanto su madre, Ethel, como sus hermanos y hermanas, intentaron repetidamente ayudarle (a David) en el curso de estos últimos años. Todos le queríamos enormemente. Le encomendamos a Dios. Esperamos que David haya hallado por fin la paz que no llegó a conocer a lo largo de su corta vida", decía el comunicado de su familia.

La familia Kennedy, de Boston, de origen irlandés y de religión católica, ha sufrido varias muertes violentas entre sus miembros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_