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PRENSA

El dueño del semanario británico 'The Observer' gestiona su venta

Soledad Gallego-Díaz

Roland Rowland, propietario del periódico dominical The Observer, inició ayer conversaciones con el magnate Robert Maxwell para la venta inmediata del rotativo. Rowland cumple así sus amenazas de desprenderse del periódico si su director, Donald Trelford, no rectifica un artículo sobre presuntas atrocidades cometidas por el Ejército de Zimbabue en la región de Matabeleland. Rowland, presidente de la compañía Lonhro, tiene grandes intereses económicos en ese país africano.El propietario de The Observer negó que su entrevista con Maxwell fuera sólo un movimiento estratégico destinado a presionar a Trelford para que dimita. "Sería estúpido. No tengo tiempo para juegos", afirmó. Rowland asegura que The Observer le cuesta a su compañía unos 1.000 millones de pesetas anuales y que no está dispuesto a seguir manteniéndolo, ya que su director "vive en la estratosfera" y "manipula los reportajes". Trelford ha sido respaldado por la redacción en pleno y por el sindicato de periodistas.

The Observer tiene una tirada aproximada de 900.000 ejemplares, frente al 1.300.000 de su más directo competidor, The Sunday Times, o los 4,5 millones del sensacionalista News of the World, propiedad del magnate australiano Rupert Murdock.

Si se formaliza la venta, el periódico dominical pasaría a depender de otro gran tiburón de los medios de comunicación británicos, Robert Maxwell, presidente de la British Printing Corporation y de Pergamon Press. Maxwell no posee hasta ahora ningún periódico de alcance nacional, por lo que no corre el riesgo de encontrar obstáculos en la Comisión de Monopolios, que se encarga de evitar la excesiva concentración en la propiedad de los medios de comunicación.

Robert Maxwell es un amante de las empresas arriesgadas. Cuando se hizo cargo de la British Printing Corporation, considerada en su momento como el grupo impresor más importante del Reino Unido, la compañía sufría considerables pérdidas. Hace pocos días Maxwell asombró al mundo de las finanzas anunciando un aumento del 78% en sus beneficios. Para conseguir este espectacular resultado, el presidente de la British Printing ha realizado una radical, y a veces violenta, reforma de la empresa, con cierre de varios centros de trabajo y numerosos despidos. En la actualidad, la British Printing da empleo a 7.000 personas. Maxwell afirmó recientemente que no estaba interesado en la compra directa de un diario de alcance nacional, porque su compañía se ha especializado en imprimir periódicos que no son de su propiedad. Por ejemplo, Maxwell imprime ya el suplemento en color de The Observer. Sin embargo, la pelea entre Rowland y Trelford parece haberle abierto de nuevo las ganas de poseer un periódico.

Maxwell aseguró que estaba dispuesto a invertir 1.000 millones de pesetas en mejorar The Observer, y que, caso de comprarlo, mantendría a su actual director.

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