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Gabriel Urralburu no descarta un pacto PSOE-PNV para gobernar en Navarra

Con la llegada del socialista Gabriel Urralburu a la presidencia del Gobierno de Navarra, hecho éste que se producirá a finales de la próxima semana, concluirá la que, sin duda, ha sido una de las peores crisis en la historia de las instituciones navarras, que ha afectado principalmente al Ejecutivo de esta comunidad, en el que desde hace un año sólo permanecen cuatro de sus miembros, los cuales, salvo raras excepciones, se limitan a resolver asuntos de puro trámite. Urralburu, secretario general del Partido Socialista de Navarra (PSN-PSOE), no descarta un pacto con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) para llevar adelante el Gobierno autónomo, al que accede por ser el candidato del partido que cuenta con mayor número de escaños en el Parlamento foral.

Entretanto, se han producido el fracaso de tres procesos de investidura de otros tantos candidatos (entre ellos él mismo) y la anulación por el Tribunal Constitucional de la designación de José Ángel Zubiaur como presidente, mientras discurrían interminables negociaciones entre los representantes de los partidos que, desde que se celebraron las elecciones regionales en mayo del pasado año, han sido incapaces de llegar a ningún tipo de acuerdos para establecer un Gobierno de coalición.Urralburu, en unas declaraciones efectuadas a este periódico, afirma que los políticos navarros han demostrado, desde que se celebraron las elecciones regionales en mayo del pasado año, "una falta de sentido común bastante grande, pero no todos por igual, porque yo creo que la mayor parte de la opinión pública en los últimos días de junio tenía claro que, si no había sido posible el pacto entre la derecha y el PNV, era lógico que el Gobierno correspondiera al PSOE". Para realizar la acción de gobierno, Urralburu asegura que no descarta un pacto PSOE-PNV, aunque por el momento no se han establecido conversaciones formales sobre el tema.

Urralburu, que no tiene la intención de renunciar a su cargo de secretario general del PSN-PSOE, reconoce que la situación política por la que ha atravesado Navarra en el último año ha sido inexplicable. "Nadie puede entender desde fuera que hayamos estado un año peleándonos por un asunto que estaba claro y, por tanto, quizá convenga decir que lo que ha pasado en Navarra es fruto de una transición que aquí no se había efectuado. El último año, quizá lo único que simboliza es esa resistencia de los sectores conservadores que habían identificado Navarra con sus propios intereses y que no quieren reconocer que, en virtud de la democracia, tienen, al menos transitoríamente, que ceder el poder".

"Es muy duro", añade, "para esa derecha que ha gobernado en Navarra sin interrupción, durante los dos últimos siglos, en todas las instituciones (municipios, diputación, Congreso) aceptar la realidad democrática de ser sustituida, cuando gobernaba sin ningún respeto y consideración hacia los demás, por un partido que, aunque moderadamente, quiere modificar el rumbo de nuestra sociedad".

Gobernar y negociar

Pese a que el dirigente socialista accede a la presidencia del Gobierno de Navarra por ser el candidato del partido que tiene mayor número de escaños en el Parlamento foral, los socialistas no podrán gobernar en solitario, ya que sólo cuentan con los votos de los 20 parlamentarios del PSOE, frente a los 13 de Unión del Pueblo Navarro, los 8 de Coalición Popular y los 3 del PNV. Cuando se le pregunta qué puede hacer comenta que gobernar y negociar no son términos antitéticos.En este sentido, Urralburu re salta el hecho de un entendimiento entre el PSOE y el PNV. "En los debates para la aprobación de los presupuestos de Navarra para 1984 se demostró que las diferencias entre el PSOE y el PNV no son tantas", afirma Urralburu, "ya que en política económica estamos en muy alto porcentaje de acuerdo, al menos en Navarra, e incluso en la política educativa. Reconociendo que Navarra es una región lingüísticamente plural, creo que el acuerdo es relativamente fácil de realizar entre los dos partidos, aunque no me niego a que al mismo se incorporen también las fuerzas conservadoras".

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En cuanto a las concesiones que su partido está dispuesto a hacer al PNV, Gabriel Urralburu destaca que en la acción ordinaria de Gobierno, que, a su juicio, se resume fundamentalmente en la política presupuestaria, "lo que hay que hacer es negociar. Nosotros hacemos hincapié en que el presupuesto de Navarra ha de ir orientado a recuperar el desarrollo industrial y a atender a toda la realidad social y cultural de Navarra. Desde esa perspectiva, creo que no serán tantas las concesiones que hay que hacer al PNV".

Urralburu se muestra, por otra parte, firme partidario de abrir un proceso de distensión en las relaciones entre Navarra y la comunidad autónoma vasca. "Vamos a dialogar y vamos a visitamos, y luego intentaremos formalizar acuerdos en aquellas materias en que mutuamente estemos interesados. Por poner un ejemplo, yo creo que Navarra no puede sostener tina televisión en euskera y es absolutamente indiscutible que aquí haya un 15% de población vascoparlante, que tiene el derecho a que se facilite el acceso a esa televisión. Por tanto ahí hay un nivel de acuerdo rápido que podemos realizar en un futuro próximo".

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