Madrid, más cerca de Ias estrellas
El ayuntamiento invertirá 600 millones de pesetas en un planetario
P. M. La zona elegida por el Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Cultura y Renfe para la creación de este complejo tiene 25 hectáreas y está limitada por el paseo de las Delicias, calle de Méndez Álvaro, autovía del 30 y calles del Bronce, del Cobre y de Tomás Bretón. La inversión por parte del ayuntamiento será de unos 1.100 millones de pesetas, de los que este año se recogerán 800 en el programa de inversiones.
Aunque el proyecto definitivo no está concluido, la zona quedará configurada como un parque forestal en el que además del planetario habrá un auditorio. Las obras se completan con un tratamiento paisajístico, cuyo objeto es integrar en el conjunto la vía del ferrocarril y algunas fábricas próximas, y la apertura de los accesos necesarios, alguno con tramos subterráneos, según explica Jesús Espelosín, concejal del Área de Urbanismo e Infraestructuras.
Deinomento, se han invertido 100 millones de pesetas en expropiación de terrenos y se calcula que el edificio del planetario costará unos 300 millones más. Las obras comenzarán con probabilidad el próximo mes de septiembre.
La propuesta de los arquitectos contempla asimismo la creación de un gran invernadero, la separación del parque y la autovía del 30 con fosos llenos de agua, y la conexión del parque con el barrio de Entrevías por medio de un pequeño teleférico que discurriría sobre vías urbanas de circulación rápida. Entre los proyectos contemplados, destaca el de instalar junto al planetario un pequeño observatorio astronómico, que podrá ser utilizado por el público.
Contemplar 8.000 estrellas
Al margen de las obras del edificio, el equipo de proyecciones que suministra una firma de Jena (República Democrática Alemana), costará unos 200 millones de pesetas. El sistema que se va a adquirir dispone de dos microcomputadores y avanzados componentes microelectrónicos, además de una buena una buena óptica y de la posibilidad de acoplar hasta 120 proyectores auxiliares.
La cifra de 120 proyectores puede considerarse excesiva, si no se sabe para qué sirve un planetario y qué posibilidades tiene. Luis Rosado, doctor en Ciencias Físicas, profesor de Electrónica Física en la Universidad Nacional de Educación a Distancia y miembro de la Sociedad Internacional de Planetarios, considera que un sistema de este tipo tiene posibilidades hasta ahora poco conocidas y explotadas en una gran parte de los centros que existen en el mundo.
"Hay que lograr que en Madrid no ocurra lo mismo", dice Rosado. "Máxime si la cúpula elegida tiene un diámetro de 17,5 metros, que es suficiente para mostrar mejores imágenes a un mayor número de espectadores. Los mayores planetarios, en la actualidad, no tienen más de 23 metros de diámetro, aunque en París y Japón se están construyendo cúpulas de algo más de 26 metros".
Para Rosado, "un planetario de las características del elegido por el Ayuntamiento de Madrid, explicado de forma muy sencilla, es un instrumento compuesto por dos esferas al extremo de un eje de unos dos metros de largo. Estas esferas permiten proyectar unas 32 diapositivas simultáneamente sobre una pantalla que en este caso es el techo cóncavo de la sala". De esta forma, "pueden ser vistas al mismo tiempo unas 8.000 estrellas, en una imagen que reproduce, según se desee, su actual situación en el cielo, la situación que ocupaban en el pasado o donde estarán en el futuro".
A esta compleja imagen principal puede añadirse la que proyectan aparatos auxiliares, instalados en el mismo eje, con el fin de mostrar de forma simultánea los planetas en movimiento. Con objeto de lograr que las imágenes reproduzcan el desplazamiento real de los planetas y las estrellas, el eje principal y los proyectores puede moverse de varias formas distintas, que controla un ordenador.
El aparato del tipo elegido por el Ayuntamiento madrileño posee también dispositivos que permiten mostrar la imagen de las constelaciones y galaxias, recrear fenómenos como el desplazamiento de cometas y meteoros, los eclipses, las tormentas, el crepúsculo y otros aspectos del comportamiento del cosmos.
Pedagogía y espectáculo
"En algunos planetarios, todos estos fenómenos y otros más, como nubes, tormentas, huracanes, auroras, apariciones del arco iris, son proyectados por un aparato especial, que puede incluso recrear sobre una pantalla esférica de 180 grados películas filmadas exclusivamente para planetarios, tales como un recorrido sobre el Cañón del Colorado o un viaje imaginario en el interior de un átomo", explica Luis Rosado.
Los programas de divulgación de la astronomía son los que se exhiben con mayor frecuencia, pero esto no significa que sean los únicos. Según Rosado, los programas, que se realizan normalmente en laboratorios o con imágenes tomadas de la realidad, pueden servir también tanto para la enseñanza y como pare el entretenimiento. "En el campo interdisciplinar, se pueden estudiar o abordar en un planetario asuntos tales como el sistema de coordenadas o los triángulos esféricos, pasando por las leyes del movimiento, la naturaleza y velocidad de la luz, las reacciones químicas y nucleares, las distancias entre estrellas o la posibilidad de vida en otros planetas".
. El tercer bloque de programas con que un planetario como el de Madrid debería contar, según este catedrático y miembro de la Sociedad Internacional de Planetarios, es el que se conoce como teatro del espacio, que tiene un carácter recreativo. Las posibilidades son muy diversas, y así, se pueden realizar programas como los que existen en otros países sobre la estrella de Navidad o un viaje de la Tierra a la Luna. A éstos podrían sumarse otros sobre los objetos volantes no identificados, la vida extraterrestre, el origen del universo, la erupción de un volcán, una tormenta eléctrica o un viaje al fondo del mar.
Lo importante, asegura Rosado, "es que estos programas divulgativos, interdisciplinarios y recreativos se elaboren expresamente para el público español, y que no sean simples traducciones de los realizados en Estados Unidos". Rosado cree que deben variarse periódiamente si se desea que el planetario madrileño atraiga al público y resulte rentable desde un punto de vista económico.
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