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100 ciudades de Brasil, bajo un virtual estado de sitio

Brasil amaneció el jueves con su capital, Brasilia, bajo rígidas medidas de emergencia, decretadas por el presidente, general Joáo Figueiredo, en la noche anterior. Las medidas de excepción significan, en buena medida, que la capital del país y otras 100 ciudades del Estado de Goias están bajo virtual estado de sitio.Las medidas de emergencia estarán en vigor hasta el día 19 de junio. Su significado concreto es que, a lo largo de 60 días, las autoridades militares podrán realizar allanamientos en domicilios sin previa autorización judicial, detener a personas en cualquier edificio público, y no solamente en aquellos legalmente destinados para ese fin, intervenir en sindicatos y asociaciones profesionales, censurar la radio y la televisión y suspender de sus cargos a funcionarios de empresas públicas.

Las demás ciudades afectadas por el decreto presidencial forman una especie de cinturón alrededor de Brasilia. Su inclusión en el decreto significa que la capital está aislada del resto del país. Sólo llega a Brasilia por tierra quien logra ser admitido por las barreras militares dispuestas en las carreteras que dan acceso a la capital.

Las medidas entran en vigor poco antes de que el próximo día 25 el Congreso discuta la propuesta de enmienda constitucional presentada por la oposición, y que prevé el inmediato restablecimiento de las elecciones presidenciales por sufragio directo. El decreto coincide con el final de una campaña popular en el mismo sentido que llevó a las calles de centenares de ciudades brasileñas a más de ocho millones de manifestantes en los últimos tres meses. Presionado por la mayor movilización popular de la historia de Brasil, el régimen militar optó por la vía dura.

Los debates parlamentarios del próximo miércoles iban a ser transmitidos por la televisión. Con la censura a las telecomunicaciones impuesta por el decreto, la transmisión está prohibida. El Gobierno afirmó que la transmisión por radio y televisión significaba una presión a distancia inadmisible sobre el Congreso.

Pese a las continuadas advertencias hechas por altos mandos militares y a los intensos rumores, la decretación de las medidas de emergencia provocó sorpresa e inquietud en el país.

Para la oposición, las medidas de emergencia significan una absurda limitación de los derechos políticos de los brasileños. El diputado opositor Ulises Guimaraes afirmó que el decreto es un gesto totalitario que significa una ofensa la nación. El Gobierno afirma que las medidas son "preventivas", y que fueron decretadas para impedir que manifestaciones populares pusieran en riesgo la soberanía de los parlamentarios a la hora de votar la enmienda constitucional. Hasta el pasado lunes era seguro que en la Cámara de los Diputados la enmienda obtendría mayoría de votos.

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