Irán celebró en calma las elecciones parlamentarias
Las elecciones parlamentarias se desarrollaron ayer en calma en Teherán, donde las medidas de seguridad desplegadas por las autoridades fueron muy amplias. Estaban en juego 270 escaños en el Parlamento islámico de Teherán, Majlis, que se renueva completamente para un plazo de cuatro años. Los resultados se conocerán dentro de una semana.A primera hora de la mañana, el ayatollah Ruhollah Jomeini, guía de la revolución islámica, acompañado por su hijo Ahmad, acudió a votar a un colegio electoral contiguo a su residencia, en la mezquita de Jamaran Hosseiniyé, al norte de Teherán.
Cuando el plazo de apertura de las urnas finalizó, las autoridades decidieron ampliarlo durante dos horas más en Teherán, donde permanecieron abiertos unos 2.700 colegios electorales, algunos instalados en autobuses. Los teheraníes elegían 30 representantes entre los aproximadamente 150 candidatos que concurrían a las elecciones en la capital iraní.
Las listas electorales fueron cuidadosamente estudiadas por las autoridades, que decidieron permitir la comparecencia a las urnas de 1.230 de los 1.350 candidatos que se presentaron en un principio.
Las condiciones para el voto fueron flexibles. Cada ciudadano de Teherán podía votar en el colegio que quisiera. Únicamente se le incorporaba al carné de identidad un sello en el cual constaba su voto, para evitar duplicidades. Los soldados destacados en el frente de batalla, según los comunicados oficiales unos 700.000, también pudieron votar en sus destinos.
Resulta verdaderamente difícil medir el nivel de votos y de abstenciones, ya que el censo no ha sido publicado. La edad mínima para poder votar era la de 16 años, y el número de electores, según algunos observadores, puede ser de 17 millones.
Desde el punto de vista político, lo más relevante parece ser la escasa comparecencia de religiosos en las candidaturas electorales -el clero chiita iraní cuenta ya con una implantación muy fuerte en el poder ejecutivo y también entre la justicia islámica. Esta implantación es total en los grandes órganos consultivos de la república islámica.
No obstante, se espera que, dada la afinidad al régimen de todos los grupos concurrentes a estas elecciones, los resultados no arrojen grandes contrastes. Todo se resuelve intramuros del régimen, donde facciones vinculadas por la aceptación del régimen islámico apenas muestran hacia el exterior las graves contradicciones que les separan desde el punto de vista social y económico fundamentalmente.
Existe un sinnúmero de escuelas de pensamiento dentro del islam chiita que preconizan fórmulas muy dispares sobre temas de tanta importancia como el carácter de la propiedad privada, el papel del clero en la política iraní, las concepciones sobre la revolución islámica y el modelo de relaciones internacionales, entre otros importantes aspectos.
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