Porta superó los gastos de personal en 87 millones
Los 75 empleados que trabajan en la Federación Española de Fútbol no podrán negar el carácter benéfico que se desprende del comportamiento discrecional de Pablo Porta, el presidente. Aunque en el balance figuren unos sueldos y salarios totales por valor de 150 millones, la realidad extraída de la auditoría de la Intervención General del Estado, a la que ha tenido acceso en su totalidad EL PAIS, revela unos gastos de personal de 237 millones. Porta tenía capacidad para gratificar a sus empleados y lo hizo sobradamente durante 1982, alguno recibió extraordinariamente hasta 775.415 pesetas sin que se supiese el porqué; otro recibió una liquidación de más de tres millones que no le correspondía. Ningún empleado escapó a la gratificación y todos saben que, en el reglamento interno, está explícito lo que es el premio fidelidad y cuanto puede valer. Porta explicó, al ser preguntado por los elevados sueldos de los empleados federativos, que él lo que hacía era "una obra de fomento social".
Pablo Porta sabe pagar a sus fieles y 1982 debió ser un año irrepetible. La auditoría confiesa que "ha sido laborioso el trabajo de recopilación de la documentación necesaria para auditar éste área". Contratos verbales por importes millonarios, gratificaciones, pagas extraordinarias, premios fidelidad, regalos y obsequios, ascensos indiscriminados de sueldos, son prácticas sobre las que Pablo Porta practicaba discrecionalmente, entre otras cosas porque así estaba escrito en el reglamento interno. El artículo 32 era tajante: "La junta directiva podrá conceder premios anuales discrecionales al personal, que remuneren servicios extraordinarios". A la vista de la documentación que pudieron observar los auditores, 1982 fue un año extraordinario, porque la media de gratificación por empleado ascendió a 212.260 pesetas, pero mientras 33 empleados cobraron menos de las 100.000, otros 20 superaron las 300.000 y uno alcanzó un tope de 775.415 pesetas. Todo ello sin que, en ningún documento, figuren las horas extra.Un letrado asesor laboral fue el que puso en conocimiento de los auditores las irregularidades que se cometían en el concepto de gastos de personal, todas ellas relacionadas con la excesiva generosidad con que se comporta el presidente. Así, el administrador general decidió solicitar la excedencia voluntaria para 1983 y por ello percibió 3.917.888 pesetas. Según la liquidación le correspondían sólo 633.629, el resto (3.284.259 pesetas) correspondieron al premio fidelidad. El letrado asesor confirmó a los auditores que esa liquidación era irregular y que, en todo caso, no estaba en contrato. Se trataba, pues, de un acuerdo verbal. Pero, además, el premio fidelidad, según el reglamento interno, le corresponde a quien lleve 25 años en la Federación y el administrador general se fue con premio fidelidad después de 23 años en la casa. En la nómina de empleados no era posible, por otra parte, determinar la antigüedad.
Manuel Benito, empleado federativo, trabajó durante 1982 en el Comité Organizador del Mundial. A pesar de ello se especificó que cobraría un sueldo mensual de la federación de 83.130 pesetas al mes. No fue así, porque la auditoría demostró que percibió un salario de 200.000 al mes y una posterior liquidación de 2 millones.
Agustín Domínguez, secretario general, actualizó su contrato para 1982: "las retribuciones del ejercicio 1982, una vez actualizadas, ascienden a 8.658.000 pesetas, que se percibirán en 16 pagas y medía mensuales de 220.000 pesetas y el resto en concepto de gratificación a percibir en los meses de junio y diciembre, con la facultad de poder retirar cantidad a cuenta de dicha gratificación". Agustín Domínguez, gratificaciones aparte, recibió 17 pagas y media.
El plantel técnico
1982 fue el año de renovación de los contratos de los técnicos y entrenadores. Sus sueldos resultan, por comparación con el resto, los más elevados. La nómina la encabeza Miguel Muñoz, con 15.000.000 por año según contrato firmado el 28 de julio de 1982. Le siguen Vicente Miera (9.499.992 anuales y contrato firmado el 3 de septiembre de 1982), Luis Suárez (7.800.000, el 30 de junio de 1982) y Jesús Pereda (4.200.000, el 28 de octubre de 19,82). Miguel Muñoz tiene una primas nada despreciables por conseguir algo positivo en la Eurocopa: un millón si la selección alcanza el tercer puesto, 2 millones si es subcampeona y 4 millones por el título europeo.Otro caso específico es el doctor Jorge Guillén, quien en 1982 percibió 3.184.000 pesetas. En su contrato se le asegura un mínimo de tres millones anuales. José Emilio Santamaría, ex seleccionador nacional, acabó su triste trabajo en el Mundial 82 cobrando 14.588.560 pesetas.
Otros gastos y regalos
La generosidad en la Federación Española de Fútbol alcanzaba otro tipo de gratificaciones. Eran, por ejemplo, los incluidos en el apartado de relaciones públicas. La Federación declaró un presupuesto de 24.641.205 pesetas en este concepto, que luego la auditoría desveló que rondaba los 50 millones. Una desviación, por tanto del 100%. Las Navidades, según el informe, fueron fechas en las que proliferaron los obsequios, sin que puedan identificarse a los destinatarios. Dos desconocidos regalos sorprendieron a los auditores; uno valía 1.106.525 pesetas y otro 453.105.El Barcelona y Josep Lluis Núñez (el cual declaró ayer que sin la lesión de Maradona hace semanas que "habríamos sido campeones") resultan particularmente agraciados por la Federación. La auditoría destaca que "periódicamente se encargan billetes de avión de diez en diez, "en previsión" de los viajes que realiza el señor Núñez sin justificación de la utilización de estos billetes". La Federación pagó el impuesto de tráfico de empresas del Barcelona por valor de 25.616.085, sin que el club catalán hubiera saldado su deuda.
Por último, a Pablo Porta sólo se le conoce un detalle consigo mismo. Nieves Guell Pérez trabaja en su despacho particular como secretaria. Su sueldo, 77.699 pesetas mensuales, se lo paga la Federación Española.
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