Sobre el boxeo

Deseo manifestar mi solidaridad -y son muchos los ciudadanos que igualmente expresan tal sentimiento- con la solicitud de Antonio Masip, alcalde de esta ciudad de Oviedo, de supresión total y definitiva del boxeo no sólo a nivel municipal, sino internacional, dada la degradación que tal actividad supone para la persona humana.Y pese al acuerdo municipal reciente de revocación de la prohibición que existía para tal práctica en las instalaciones municipales, con el voto decisivo del partido comunista a favor de las tesis conservadoras, entiendo que la historia no se detiene y que las tesis progresistas y que dignifican al ser humano por fin se implantarán.

Me ha llamado notablemente la atención la actitud seguida en tal acuerdo por el PDP (democristiano), que, olvidando por completo sus "convicciones de carácter humanista" -razón de ser de tal grupo político-, da su visto bueno al levantamiento de la prohibición de tal práctica deportiva. Si con su voto nos manifiesta que el boxeo no atenta contra la persona humana y que se puede llevar a muchachos de corta edad a escuelas de boxeo pagadas por el ayuntamiento, ¿dónde está la defensa que de los derechos humanos presentaban en las campañas realizadas sobre la libertad de enseñanza y el aborto?

Como muy bien dice Antonio Masip en EL PAÍS del 3 de abril pasado (en tribuna libre), el cambio moral lo pide la sociedad, y se va a dar. Y serán los ciudadanos los que obtendrán la desaparición de tan brutal práctica a todos los niveles, dignificando de ese modo al ser humano. /