La CEE no respeta el equilibrio en la negociación con España, según Marín

"No podemos aceptar que en las negociaciones de adhesión de España a la CEE, la Comunidad no respete los tres principios básicos de equilibrio, reciprocidad y progresividad tal como está sucediendo", afirmó ayer Manuel Marín, secretario de Estado para las Relaciones con la CEE, en la clausura de las II Jornadas de Estudios Aduaneros que se han celebrado en Barcelona.Marín criticó la decisión comunitaria de aplicar un período transitorio de tres años a la industria española y de 10 a la agricultura, "ya que esta decisión va en contra del equilibrio negociador y aplicarla sería totalmente lesivo para España". "Las pretensiones comunitarias de mantener nuestros actuales aranceles sobre la fruta, más altos que los que se aplican a Israel o Marruecos, las fuertes disciplinas que quieren imponer a nuestros sectores más competitivos, como el de la fruta y la hortaliza, sólo empeorarían nuestro mercado", añadió Marín.

Según el secretario de estado, la actual crisis de la CEE, reafirmada tras las reuniones de Atenas y Bruselas, "ha dificultado las negociaciones de adhesión y esperamos que el problema de la deuda con Gran Bretaña sea solucionado pronto, para que nuestras conversaciones se realicen en un clima menos crispado". Marín finalizó su conferencia manifestando que "no puedo asegurar que el calendario de negociaciones se cumpla, pero espero que España sea miembro de la CEE en enero de 1986".

Problemas de la ampliación

La directora general para la ampliación de la Comisión de la CEE, Inge Nielsen, habló de las perspectivas y problemática de la adhesión española a la CEE. "Es necesario que la Comunidad salga de la crisis, ya que si no consigue arreglar sus problemas internos será más difícil llegar a conclusiones sobre la adhesión española. Además si no se resuelven las actuales dificultades podría ser que no existiera CEE a la que adherirse".Tomás Torralba Ropero, director financiero de Santillana, SA, afirmó que asumir el impuesto sobre el valor añadido (IVA) irá en contra del actual mercado exportador del libro español. Según Torralba, "la situación de la exportación de libros es angustiosa y sólo un milagro podrá salvarla".