Los dirigentes del Madrid aseguran que sus disensiones no afectan a la marcha del equipo

Dirigentes del Real Madrid aseguraron ayer que las disensiones y diversidad de criterios que en ocasiones existe en la junta directiva madridista no influyen ni afectan a la marcha y situación actual por la que atraviesa el equipo entrenado por Alfredo Di Stéfano. El entrenador madridista fue convocado ayer al club para celebrar una reunión con Luis de Carlos, Luis Martínez Laforgue y Javier Gil de Biedma, presidentes y vicepresidentes primero y tercero, respectivamente, del Real Madrid. Fuentes madridistas catalogaron la reunión como "no habitual", lo que da idea de la importancia de la misma, aunque de ella no haya trascendido nada. "Alfredo Di Stéfano aportó un informe, considerado secreto, de la situación del equipo y de los remedios posibles para solucionar la situación", señalaron en el club madridista.

El vicepresidente primero del Real Madrid, Luis Martínez Laforgue, 47 años y constructor de profesión, reconoció que a veces mantiene criterios opuestos a los del secretario de la junta directiva del club, Pedro Aragoneses, prestigioso abogado. "Cuestión de caracteres", señaló Luis Martínez Laforgue, quien justificó sus discrepancias con la diferencia de edad entre uno y otro. Otros dirigentes madridistas aseguraron que Luis Martínez Laforgue y Pedro Aragoneses chocaron en algunas ocasiones y, sobre todo, en los últimos meses.Las mismas fuentes añadieron, además, que los dos directivos estuvieron algún tiempo sin hablarse. La personalidad de estos dos dirigentes, sobre todo la de Pedro Aragonseses, por otro lado, influye de tal forma en el resto de los compañeros de la junta directiva que ha dividido a ésta en "grupos y hasta en subgrupos", como comentó uno de éstos. Otro vicepresidente, el segundo, Luis Butragueño, uno de los máximos ejecutivos del Banco Popular, también llegó a mantener discrepancias con el secretario de la junta directiva.

Luis Martínez Laforgue, no hace demasiados días, confesó a algunos de sus amigos que "estoy cansado del fútbol", al mismo tiempo que desmintió los comentarios que anunciaron su posible dimisión como directivo del Real Madrid.

Javier Gil de Biedma, vicepresidente tercero y alto ejecutivo del Banco Central, es íntimo amigo del entrenador del Real Madrid, duramente criticado tanto por compañeros de directiva como por la masa social y de aficionados del club madridista. La situación del vicepresidente tercero del Real Madrid es bastante compleja al ser directivo del club e íntimo amigo de Alfredo Di Stéfano, al que, a nivel de determinado grupo de dirigentes, se pretendió cesar ya esta temporada, hace unos dos meses, cuando el técnico madridista no se decidía por que reapareciese el jugador Lozano.

El retraso con que reapareció este jugador estuvo a punto de ser la última gota que colmase el vaso y que comenzó a llenarse desde la primera jornada de esta temporada cuando Di Stéfano no quiso jugar en sábado el partido Málaga-Real Madrid, cuando al miércoles siguiente el equipo madridista disputó su primer encuentro de la Copa de la UEFA frente al Sparta de Praga.

Se achaca a Di Stéfano que más interesado por renovar su contrato, se despreocupara de la planificación de la pretemporada del equipo, que se asegura fue supervisada por uno de los más influyentes directivos del club. El entrenador madridista, por otro lado, ha llegado a quejarse de que los dirigentes del club no se habla claro con él.

El centro médico

"La situación del Real Madrid no es tan grave como la pintan", es la conclusión que proporcionó ayer algunos directivos madridistas, entre ellos Luis Martínez Laforgue. En el Real Madrid existen en estos momentos otras preocupaciones, además de las deportivas y técnicas. El club ya cuenta con los recursos económicos necesarios para iniciar las obras de construcción de un centro médico en la Ciudad Deportiva.Pero habrá mayores dificultades, económicas y burocráticas, para construir el pabellón deportivo cerrado y el aparcamiento subterráneo que el Real Madrid pretende levantar en el lugar que ahora ocupa la piscina en los terrenos del Santiago Bernabéu. El proyecto, que todavía no cuenta con la licencia municipal correspondiente, necesita encontrar su financiación, unos 500 millones de pesetas, cifra importante para las cuentas actuales de la entidad madridista.