Un funcionario de prisiones, acosado por su testimonio en el juicio de Herrera
José Antonio Alvarez Tutor, funcionario de prisiones de probado talante demócrata, está siendo perseguido y acosado por sus declaraciones como testigo de cargo en el juicio por torturas contra el director y 11 de sus compañeros en la prisión de Herrera de la Mancha. El testimonio de Álvarez fue fundamental en la condena de 9 de ellos. El pasado lunes, su coche, un Talbot 150 de color rojo, matrícula GC-5473-0, fue destrozado por un cóctel molotov en las inmediaciones de la prisión de Las Palmas, donde el funcionario está destinado.Álvarez Tutor, que se encontraba de permiso en Madrid, se reincorporó ayer a la prisión. Manifestó a este periódico que desde sus primeras declaraciones en el sumario de Herrera sufrió una marginacíón brutal por parte del colectivo de funcionarios, igual que otros compañeros que se atrevieron a decir la verdad, como Juan Herranz, Carlos García Villarroel, Miguel Ángel Puga, etcétera.
"En el trabajo", agregó, "hay tal agresividad y hostilidad que tengo que estar siempre a la defensiva. En el economato de la prisión, en el que los funcionarios tenemos derecho a abastecernos, me niegan artículos y los tengo que adquirir por medio de algun preso. No he tenido muchos enfrentamientos directos, pero en alguna ocasión he tenido que parar los pies a algún compañero violento".
Desde que declaró ante el juez sobre los hechos de Herrera, le han rajado dos veces los neumáticos de su coche. Álvarez Tutor ha sufrido también otras vejaciones. En Reyes del año pasado, su hija de dos años y medio fue la única de toda la urbanización en la que viven los funcionarios a la que no le compraron juguetes. Para estos regalos se utiliza un fondo al que Álvarez Tutor también tiene que contribuir. En el juicio por las torturas en Herrera de la Mancha, Álvarez Tutor denunció la violencia innecesaria utilizada por sus compañeros en las conducciones de presos y en la vida cotidiana en la prisión. Su primera declaración en el sumario "fue bastante parca por un estúpido espíritu de cuerpo", según dijo en el juicio.
La declaración de Tutor fue clave para que el Tribunal condenara a penas de suspensión de empleo al ex director de Herrera y a otros ocho funcionarios por rigor innecesario con los presos, ya que, según la sentencia, aunque existieron torturas desde el punto de vista sociológico, no las hubo según el concepto jurídico que requiere la existencia de una investigación y que se busque una confesión del torturado.
El Sindicato Democrático de Prisiones ha condenado la voladura del coche de Álvarez Tutor y ha denunciado la persecución y las amenazas a que están sometidos los funcionarios que pertenecen al sindicato.
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