El Madrid, incapaz de forzar el 'pressing' bilbaíno
El Madrid fue incapaz de forzar el espléndido pressing del Athlétic de Bilbao, que le ganó por segunda vez en tres días. Si la Liga está ya difícil para el equipo de Di Stéfano, ahora se pone también la Copa. Si en San Mamés no le sirvió un planteamiento excesivamente defensivo, ayer en el Bernabéu, tampoco el ofensivo. Para defensa, la bilbaína, de la que pudo tomar buena nota y con la que sí se pueden ganar encuentros.La impotencia del cuadro madridista para romper el entramado vasco fue evidente. La superioridad visitante en un partido feo, pero con un toque de distinción por la fuerza que impuso el equipo de Javier Clemente, no tuvo dudas. El entrenador bilbaíno, en todo un alarde que habla de su seguridad, pese a plantear un juego de contención, incluso se permitió el lujo de sustituir a un centrocampista, Sola, por un delantero, Sarabia, cuando aún faltaban 17 minutos. Bien distinto a lo habitual cuando se gana por 1-0 y ...fuera de casa. Di Stéfano, en cambio, sacó aun defensa, Salguero, que ni siquiera pudo ejercitar su potencia en el tiro, porque en la suplencia sólo le quedaba Metgod. Pineda, tras el descanso, resultó tan inútil como Isidro. Este año incluso se han acabado sus oportunismos. Lo que dejan cada vez más en evidencia son sus limitaciones. Cuando el conjunto no funciona la fortuna sólo es pasajera y no viaja en el barco-84. Y de donde no hay no se puede exigir como a la directiva.
Lo de menos fue que el triunfo bilbaíno se produjera de penalti discutible. Pudo haberse fraguado antes y después. La salida del Athlétic fue fulgurante, con varias ocasiones de gol. Pese a un 4-4-2 claro, con sólo Endica y Argote delante, su rapidez de movimientos para desdoblarse mareó a la defensa madridista y contuvo fácilmente sus pocas ideas de ataque. Sin extremos, sin tiradores y sin anticipación en las jugadas, Zubizarreta fue un espectador de cómo practicaban el frontón sus compañeros.
Juan José, que se asentó a trozos más tarde, pero que tuvo cinco fallos y pasó cinco ridículos ante Argote, vio de lejos al extremo. Endica estuvo menos entonado, porque Camacho es otra cosa, y Noriega, en la segunda parte, ya no tuvo oportunidades porque el equipo bajó el tono de aperturas ofensivas. Pero la seriedad del Athlétic fue general. De Andrés pareció un mariscal en el medio campo ante el alocado Stielike. Bernardo no pudo con un firme Urtubi y tampoco Ángel con el joven Salinas.
En la segunda mitad, tras un córner en el minuto 17, sin que el Madrid hubiese podido crear una sola ocasión de peligro, Miguel Ángel salvó el segundo tanto a tiro de Goikoetxea y Juan José el rebote al remate siguiente de Liceranzu. Los dos centrales. El fútbol total. El Madrid, en todo el encuentro, únicamente pudo marcar a continuación tras quedarse solo Santillana y parar muy bien su disparo Zubizarreta o al sacar Salinas un balón en la raya. Fueron los dos descuidos solitarios de una gran barrera.
El Madrid, con los rivales sicmpre encima, no supo qué hacer. Empezó con cuatro defensas para dos delanteros, con San José y Camacho perdidos entre Sola y Endica, y casi terminó así. La única alegría para la afición ayer fue el gol del Las Palmas en el Camp Nou. Muy pobre consuelo. Un aficionado decía al final: "No sabemos más que criticar al entrenador y a la directiva". Será por algo, porque de saber jugar al fútbol, poca cosa.
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