Prohibido fumar en el hemiciclo
Gregorio Peces-Barba, presidente del Congreso, va a recuperar el antiguo bar de los procuradores en Cortes para que los diputados puedan salir a fumar, porque comienza a regir, a partir de mañana, la prohibición de hacerlo en el hemiciclo. Peces-Barba, que en sus tiempos de portavoz de la oposición anunció que se echaría al monte si prohibían el uso del tabaco -es un consumidor de puros de generoso calibre-, afirma ahora que era una postura egoísta y que el fumar es pernicioso para la salud, y los parlamentarios deben dar ejemplo.El presidente del Congreso tuvo una semana conflictiva a principios de marzo. En una sesión en la que llamó a la cuestión repetidas veces a los oradores, acabó por equivocarse al llamar Fraga a Carrillo, lo que provocó la hilaridad general. Una mención al ex director general de RTVE, Carlos Robles Piquer, exasperó al presidente de tal modo que Carrillo zanjó la cuestión diciendo: "Como esto no es un parvulario ni un juicio sumarísimo, ahora mismo renuncio a mi derecho a hablar". Peces- Barba, en una semana tensa, porque había reiniciado el régimen de adelgazamiento o porque había perdido el Real Madrid la cabeza de la Liga -no hubo consenso entre sus señorías sobre el diagnóstico-, acabó por prohibir el uso del tabaco dentro del hemiciclo. Los primeros castigados fuimos los informadores. Para los diputados fijó la fecha del 1 de abril, efeméride del fin de la contienda civil española, lo que hizo suponer a Santiago Carrillo que de nuevo había perdido una guerra.
Peces-Barba, que quiere pasar a la historia como el presidente protector de las artes y las letras, y para ello convoca concursos literarios y de artes plásticas, ha estado a punto de convertirse en el "represor de la libertad de expresión", como le calificó un diputado vasco. Respecto a sus habituales llamadas a la cuestión, ha prometido modificar su actitud, ya que amenazaba con acabar con los alevines de Sánchez de Toca o los Castelares del futuro. Por lo que hace a la moral y, las buenas costumbres, Gregorio Peces-Barba tomó ejemplo del Senado para aplicar, en defensa de los frescos del hemiciclo, las normas de la liga antitabáquica.
El presidente del Congreso dictó su norma sin contar con la mesa. Para él no van a existir problemas, dado que podrá relevarse en la presidencia con Leopoldo Torres, otro fumador empedernido. El cierre del bar de los procuradores, aquel en el que Perico Chicote preparaba el ginfiss con gran agrado de la Cámara (excepción hecha del entonces presidente, Antonio Iturmendi Bañales, del que decía el ujier mayor que "no tomaba bebidas espirituales"), sirvió para que los informadores no pudieran tener a mano a los diputados. Ahora, diputados y periodistas han de cruzar al nuevo edificio para tomar un café juntos. Gracias al decreto antitabáquico, diputados y periodistas volveremos a tener mesas separadas. El viejo bar de procuradores será para uso exclusivo de los diputados, y no tiene mayor objeto que habilitar una sala para fumadores. No está previsto que levanten el dedo índice para pedir permiso para salir, pero a muchos les produce la sensación de que van a fumar a escondidas, como hacían en los colegios.
Peces-Barba ha decidido conceder un amplio margen de confianza a los diputados para que en sus piezas oratorias puedan ser floridos y barrócos. No les llamará a la cuestión como hasta ahora. Se espera, no obstante, que hoy tenga que llamar al orden a más de uno. La desobediencia civil puede surgir por medio del cigarrillo.
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