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Reportaje:La 'revolución' de Puerto de Sagunto

El conflicto de Altos Hornos del Mediterráneo ha introducido profundos cambios en la vida cotidiana de los saguntinos

Puerto de Sagunto es ahora un pueblo muy diferente del que recibió con sorpresa el 4 de febrero de 1983 la orden de que se cerrase el horno alto número 2 de Altos Hornos del Mediterráneo (AHM). Durante el largo año que dura ya el conflicto, la localidad ha experimentado una peculiar revolución. En un cuarto de hora se convocan asambleas multitudinarias, que constituyen ya una rutina porque cada semana hay por lo menos dos. Con tres horas se preparan manifestaciones de miles de personas en Valencia y con un día en Madrid.

Este estado de permanente movilización ha consolidado colectivos singularizados que celebran sus propias asambleas para programar acciones diferenciadas de las del conjunto del pueblo, pero que apoyan la lucha de éste. Se trata básicamente de las mujeres, muy conocidas por las manifestaciones que han protagonizado, vestidas con camisolas negras, en diversos lugares de España, y de la llamada Coordinadora de Jóvenes, integrada en su casi totalidad por los estudiantes de bachillerato.También han surgido los medios informativos propios para informar del conflicto. Todas las noches, a partir de las 10, se puede sintonizar Radio Unidad, "la única emisora que dice la verdad sobre Sagunto", a decir de muchos habitantes. En el campo de la prensa escrita, la revista La Estaca, confeccionada por los jóvenes, es el órgano oficioso de la localidad.

No menos interesante es constatar que las ventas del comercio se han reducido hasta en un 70% en algunos sectores y que en la alimentación han disminuido las ventas de carne de primera y aumentado las de pan. Mientras tanto aumentan los depósitos en entidades de ahorro.

Un pueblo en torno a la siderúrgica

Hay que evitar la confusión fácil entre la ciudad de Sagunto y Puerto de Sagunto, pese a que ambos núcleos de población constituyen un único municipio con sede en el primer enclave y una población global de 57.000 habitantes. Sagunto es la antigua ciudad, que conserva las interesantísimas ruinas romanas, se dedica fundamentalmente a la agricultura y cuenta con algo más de 24.000 vecinos, en su inmensa mayoría valencianohablantes. Puerto de Sagunto, con casi 33.000 habitantes, es el núcleo demográfico más importante, y se ha formado desde principios de siglo, primero a la sombra del puerto comercial, para dar salida al mineral de Ojos Negros, y después al abrigo de la siderúrgica. Casi todos sus pobladores hablan castellano y proceden en su gran mayoría de la inmigración.

Campoy, líder popular

Los orígenes del puerto se remontan a 1901, con el inicio de las obras de tendido ferroviario procedentes de Ojos Negros. En 1907 se construyen las primeras instalaciones portuarias, y 10 años después se constituye la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo. En 1921 se completó el horno alto número 1.

En la historia del pueblo, cuyos orígenes como núcleo de población están marcados por estas referencias, hubo una gran crisis. Fue en 1932, cuando por primera y única vez la siderúrgica cerró por la importante caída de la demanda de acero que produjo la depresión económica de 1929.

"El pueblo se quedó completamente parado", recuerda Alberto Martínez Gil, presidente de la Asociación de Comerciantes de Sagunto y su Comarca. Hubo un éxodo generalizado hasta que al cabo de un año la factoría recobró su actividad. "Fue gracias a un importantísimo pedido de raíles de vía férrea con destino a Argentina, pero mucha gente de la que se había marchado ya no volvió".

Es en Puerto de Sagunto donde se ha experimentado la peculiar revolución originada por el anunciado cierre de las instalaciones de cabecera de la factoría. En la actualidad casi toda su población depende económicamente en forma directa o indirecta de la factoría de AHM, con más de 4.000 puestos de trabajo.

En Sagunto ciudad ha habido importantes muestras de solidaridad, pero es fácil advertir que el problema se siente más lejano. A ello se une una tradicional rivalidad local entre los dos pueblos, separados por tres kilómetros de carretera. En Sagunto la vida cotidiana no ha cambiado en este último año; en Puerto de Sagunto, sí.

La dinámica de continua celebración de asambleas se ha impuesto en la localidad en tomo al comité de empresa de AHM, que de esta forma se ha trasmudado en una especie de comité de pueblo. Dirigido por su presidente, el sindicalista de CC OO Miguel Campoy, es el órgano coordinador de las movilizaciones y las decisiones que protagoniza la población.

Y no sólo eso. El comité, como receptor de la voluntad del conjunto de los trabajadores de la fábrica, desempeña en la práctica las tareas de dirección, pues hace muchos meses que en AHM se hace, en relación con la producción y el trabajo, lo que dice el comité de empresa y no lo que pide la dirección, con sede en Madrid. Ha habido, en el sentido clásico, una sovietización de la vida de la fábrica.

A Campoy no le gusta mucho el término. "De verdad", dice, "ha habido ocasiones en que se han impuesto las resoluciones de los trabajadores y han tenido como responsable al comité; pero también a veces se han acatado directrices de la propia empresa". Para él, "no se ha intentado en absoluto montar un soviet, aunque pueda dar la impresión de que sea así".

Acepta, sin embargo, que el comité desempeña en la práctica el papel de coordinador del pueblo y recuerda que lo primero que hizo ese órgano cuando se dio la primera orden de parada del horno número 2 "fue trasladar al pueblo, como órgano unitario, la situación de la fábrica". A juicio de Campoy, "ése fue el germen que organizó todo este conglomerado: el que el pueblo fuese receptor del conflicto de AHM. Se crearon las condiciones para que la lucha no fuese sólo de los trabajadores".

Los miembros del comité "tenemos claro que el tema tenía que escapar al entorno de las vallas de la fábrica y que se ha sabido dar una gran magnitud a la lucha, dentro siempre de los límites de la Constitución". Campoy pone mucho énfasis en esa cuestión y también insiste en los resultados de la lucha conjunta de todo el pueblo: "la fábrica sigue abierta".

Más pan y menos carne

Junto a los elementos claros de cambio de hábitos sociales están también los referidos a costumbres económicas. La amenaza del paro de una parte importante de la población, pese a los constantes anuncios oficiales de inminente creación de nuevos puestos de trabajo alternativos, ha sido decisiva. Cuando apenas ha habido un centenar y medio de despedidos, con derecho a jubilación anticipada, el miedo económico es fácilmente detectable en el descenso de las ventas de todos los artículos.

"Quizá el sector más afectado", dice Martínez Gil, presidente de los comerciantes, "ha sido el de muebles y gama blanca de electrodomésticos, con una media del 75% de descenso de ventas en el último año. El resto de los sectores del comercio ha experimentado descensos de entre el 40% y el 50%. Especialmente significativo" precisa, "es que ha descendido muy sensiblemente la venta de selección de carnes de primera, mientas que se ha incrementado la de las variedades inferiores. Y sé por los horneros que ha habido un incremento en el consumo de pan

Radio Unidad

Paralelamente, se incrementa el volumen de los depósitos bancarios y la mayor parte de los comerciantes han reducido mucho sus pedidos. "Es evidente que, por estas circunstancias, la calidad del comercio se va a ir degradando", indica Martínez Gil.

"Este pueblo lo vemos hundido, y lo de los puestos de trabajo alternativos, hasta que no vea hacer cimentaciones, no me lo creo". Recuerda que, cuando parecía posible la construcción de la IV Planta Siderúrgica en Puerto de Sagunto, se expropiaron 1.086 hectáreas de terreno agrícola. "Pensábamos que con ello se perdían 2.000 puestos de trabajo en el sector, pero que se recuperarían en la industria. Las expectativas, sin embargo, fueron vanas".

La emisora del pueblo habla a diario de la lucha permanente por el mantenimiento de la siderúrgica. Se montó en junio del pasado año con 90.000 pesetas recogidas con ese fin al final de una asamblea. Las personas que se ocupan desinteresadamente y a diario de su funcionamiento lamentan que no haya llegado a ser algo más que la radio de la lucha de Puerto de Sagunto para transformarse en algo permanente que no muera con el fin de la batalla, que se adivina próximo.

Los miembros del equipo de la emisora prefieren no dar sus nombres para que su labor tenga un carácter anónimo y colectivo. "Desde el primer momento", dice uno de ellos, "se intentó incorporar todo tipo de colaboraciones, pero esto, que en los primeros meses pareció posible, se desvaneció tras el verano". Actualmente, el grupo de personas que se ocupa permanente de que Radio Unidad salga cada noche a las ondas no pasa de la decena. Sólo uno de los programas especiales, al margen de las noticias sobre la lucha de AHM, se ha venido manteniendo, Sagunto Internacional, que se emite una vez a la semana. La redacción de Radio Unidad señala también que no suelen fallar los programas musicales, de rock, de clásica, que se emiten con cierta periodicidad.

El fenómeno que es especialmente significativo es el de las asambleas de mujeres o de estudiantes. Cada uno de estos colectivos decide, de vez en cuando, manifestaciones en ciudades lejanas o cortes de carreteras como apoyo y al margen del movimiento unitario que capitanea el comité de empresa de Altos Hornos del Mediterraneo (AHM). Uno de los espectáculos más sorprendentes que se puede contemplar en Sagunto es una asamblea de mujeres, que siempre sobrepasan la cincuentena, o una reunión de estudiantes de bachillerato, corno una piña identificados con lo que se ha convertido durante muchos meses en el tema obligado de conversación y el único objetivo de todo un pueblo: luchar para que no desaparezca.

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