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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Lado malo de un buen director

En otras ocasiones, y con mejores pretextos que esta vez, hemos aludido al carácter ecléctico del estilo cinematográfico del director norteamericano Robert Aldrich, que probablemente procede de su larga e intensa carrera como cotizadísimo ayudante de dirección de directores de gran personalidad, como Charles Chaplin, Jean Renoir, William Wellman, Joseph Losey y otros.Este eclecticismo proporciona a muchos filmes de Aldrich resonancias de los más variados estilos de cine y le permite hacer películas unas veces de factura serena, como Apache, y otras retorcida, como El último atardecer; unas veces humorísticas, como Veracruz, y otras de gran dureza dramática, como Ataque; unas veces luminosas, como la venganza de Ulzana, y otras tremendistas, como ¿Quién mató a Babby Jane?; unas veces excelentes, como Kiss me deadly, y otras simplemente mediocres, como El gran cuchillo, rodada en 1955, que la televisión emite hoy.

Mediocridad de un filme

La mediocridad de El gran cuchillo, que procede de un drama de Clifford Odets sobre los ambientes del cine norteamericano, está en razón probablemente de un exceso en él de voluntad de estilo, lo que lleva al filme a un barroquismo demasiado estudiado y, por consiguiente, a cierta afectación e incluso petulancia. La hipertrofia del cómo suele jugar malas pasadas a los cineastas que tienden al desbordamiento, a la falta de control y a la desmesura, como es el caso de Robert Aldrich.Este filme ambicioso y frustrado entra en la nómina de las películas menores de un director que, cuando acierta, puede llegar a realizar proezas narrativas, pero que cuando se equivoca lo hace del todo.

Siempre en peligro, hay veces que Robert Aldrich sale airoso, pero otras en que cae estrepitosamente en filmes puramente gestuales, tan hiperbólicos como impotentes. El gran cuchillo es uno de ellos.

La película de Robert Aldrich de estta noche tiene interés para quienes deseen completar la filmografía de este notable e irregular cineasta y les apetezca conocer sus meteduras de pata.

Pero quienes quieran ver una buena película suya más vale que recuerden Ataque y La leyenda de Lylah Clare, recientemente emitidas por Televisión Española, o esperen a otra ocasión mejor. La presencia en El gran cuchillo de Ida Lupino, Jack Palance y Rod Steiger, tres excelentes actores de esta película con la que acaba la semana cinematográfica en la pequeña pantalla, no consigue redimirlo de su engolada insignificancia.

El gran cuchillo se emite esta noche a las 22.00 por la segunda cadena.

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