Debate en Israel sobre la fecha de las elecciones anticipadas

Israel se dispone a celebrar elecciones a mediados de año, después de que el Parlamento, a instancias de la oposición, decidiera autodisolverse y convocar elecciones anticipadas. La batalla se plantea ahora sobre la fecha de los comicios, que los laboristas desean para cuanto antes, mientras el primer ministro intenta posponerlas lo más posible. Los observadores consideran muy probable que se celebren en junio o julio.El Parlamento aprobó, al filo de la medianoche del jueves, y por 61 votos contra 58, la disolución de la Cámara y, en consecuencia, el fin de la legislatura que debía Regar hasta noviembre de 1985. Esta es la primera vez en la historia de Israel que una moción de la oposición para disolver el Parlamento es aprobada.

La comisión de legislación del Parlamento iniciará el lunes la elaboración de la ley para convocar las elecciones. "Trataremos de concluir la ley lo antes posible", manifiesta Elí Kulas, presidente de la comisión, aunque reconoce que el proceso puede retrasarse por falta de acuerdo sobre la fecha de los comicios.

Deseo laborista

El líder laborista, Shimon Peres, que desea que las elecciones se celebren cuanto antes para materializar la ventaja que los sondeos le dan sobre la coalición derechista en el Gobierno, sostiene que una buena fecha sería el 22 de mayo, aunque los analistas consideran que tendrá que acceder a celebrarlas en junio o julio.

El primer ministro, Isaac Shamir, desea aplazar los comicios al máximo, con la esperanza de que despunte la ansiada recuperación económica. No obstante, fuentes de la coalición Likud reconocen que la oposición está en condiciones de imponer la fecha que desee.

La situación económica y la guerra de Líbano serán los dos temas de la campaña electoral. Aunque la guerra polarizó a los israelíes como no lo había hecho ninguna otra campaña militar, han sido los desastres económicos los que han terminado con el Gobierno de Shamir.

El pequeño partido Tami, que esta misma semana abandonó la coalición gubernamental para forzar la celebración de elecciones, manifestó que no se podía tolerar más tiempo las repercusiones del plan de austeridad programado por el Gobierno. Con una inflación del 225% anual y un endeudamiento que alcanza niveles alarmantes, Shamir ha tenido que adoptar las medidas que su antecesor, Menájem Beguin, había siempre evitado.

Las secuelas de la crisis económica han llegado incluso a acallar la gran controversia nacional provocada por la invasión de Líbano de 1982, aunque fuentes de la oposición han manifestado que "la primera guerra que Israel ha perdido" será uno de los asuntos críticos de la campaña electoral.

Ezer Weizman, ex ministro de Defensa y uno de los políticos israelíes más populares, acaba de anunciar que concurrirá a las elecciones con un nuevo partido que acaba de crear, y que será uno de los principales críticos "del derroche de vidas" de soldados israelíes en Líbano.

La madre de uno de estos 600 soldados muertos manifiesta que acudirá a todos los mítines en que participe el ex ministro de Defensa, Ariel Sharon, instigador de la invasión, "para pedirle que diga que está arrepentido por esta carnicería".