Morir a los 15
Un muchacho de 15 años se suicida por las malas notas y, en seguida, todo el mundo busca la causa en el carácter introvertido del chico. Hay prisa por lavarse las manos, incluso los mismos padres, que "le aconsejaron abandonar el BUP y matricularse en formación profesional", declaran.A los 14, un muchacho cambia de niño a adolescente, cambia de EGB a BUP o a formación profesional, cambia de unos profesores pluridisciplinares, y que, en cierto modo, todavía conservan el cariz del antiguo maestro, a otros profesores especializados en una sola materia y absolutistas reyezuelos de su asignatura: "¡La mía es la principal!".
A todos esos cambios, añádase la presión de unos padres deseosos solamente de que sus hijos aprueben, unos horarios de siete horas diarias de clase, un BUP altamente teórico y desfasado, una formación profesional desvalorizada, un sistema educativo que, rutinariamente, sigue midiendo a unos muchachos por el aprobado y el suspenso, una sociedad, en fin, que no da ilusión ni ofrece metas ni futuro porque carece de todo ello. ¡Demasiado para sólo 15 años. /
Profesor agregado de BUP.
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