La última redada contra la Camorra, duro golpe al crimen organizado italiano
El golpe dado el jueves pasado por policía y carabineros contra la Nueva Familia, el clan de la Camorra que se contrapone a la Nueva Camorra Organizada, de Rafael Cutolo, ha sido durísimo y puede considerarse como síntoma de que se empieza a combatir seriamente al crimen organizado.
No obstante, más de la mitad de los buscados por las fuerzas del orden por mandato de la magistratura habían puesto ya pies en polvorosa cuando se les fue a detener en sus domicilios. Las órdenes de detención eran 512, y los arrestados, sólo 140.En junio pasado, cuando hubo una redada parecida contra la Nueva Camorra Organizada, de Cutolo, los delitos camorristas en Nápoles descendieron en un 42%. Algo parecido se espera que ocurra ahora.
En la nueva redada, sin embargo, han escapado, una vez más, jefes camorristas indiscutibles, como Zaza y Vollaro, personajes como el concejal de extrema derecha neofascista Cesaro Bruno y abogados, industriales y comerciantes buscados por los carabineros, probablemente gracias a un soplo que les pudo llegar desde las altas esferas.
Han caído, sin embargo, peces gordos y todo un ejército de ejecutores importantes, como Antonio Spavone, apellidado Malommo, un personaje al que todos han tenido siempre miedo y que está considerado como el enlace entre la Camorra napolitana anticutoliana y la Cosa Nostra. Spavone, gritando y gesticulando con gran aparatosidad ante la televisión, mientras las fuerzas del orden lo llevaban esposado a la cárcel, dijo: "Yo me intereso sólo por tapices orientales. Mi único pecado es ser napolitano".
En realidad Malommo había sido ya condenado a cadena perpetua por haber confesado en 1950 el asesinato del presunto homicida de un jerifalte de su banda. Pero fue absuelto en 1966. Vuelto a Nápoles, fue acusado del asesinato de su antiguo amigo Gennaro Ferrigno, pero fue absuelto también, porque había actuado en legítima defensa. En 1980 fue víctima de un atentado, y fue a operarse a Estados Unidos con un pasaporte falso que nadie supo cómo se había procurado.
Esta operación contra la Nueva Familia ha supuesto ocho meses de investigación, tras las confesiones de un grupo de camorristas arrepentidos.
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