Walter Mondale venció a Gary Hart en los 'caucus' de ayer en Michigan y Arkansas, gracias al apoyo de los sindicatos
El vicepresidente demócrata norteamericano, Walter Mondale, con dos importantes victorias en los Estados de Michigan y Árkansas, ha conseguido relegar al senador por Colorado, Gary Hart, a un segundo lugar para la designación a la candidatura demócrata a la presidencia de Estados Unidos. En Carolina del Sur y Misisipí, las preferencias dell electorado fueron para delegados no comprometidos con ninguno de los dos candidatos con mayores posibilidades para enfrentarse en las elecciones presidenciales de noviembre al actual presidente republicano, Ronald Reagan.
En Michigan, el más importante de los caucus, o elecciones en asambleas que se celebran a mano alzada, Walter Mondale recibió el 50% de los votos cuando, a las tres de la madrugada de hoy (hora peninsular) se llevaban escrutados el 30% de los votos. Hart conseguía el 37% y el líder de la minoría negra, Jesse Jackson, el 8%. La victoria de Mondale en Michigan se debió, fundamentalmente, al apoyo de los sindicatos.En el Estado de Arkansas, Mondale obtuvo el 48% de los votos, frente al 31 % del senador por Colorado, Gary Hart. En Misisipí, las preferencias fueron para delegados no comprometidos con ninguno de los dos candidatos, que obtuvieron el 37% de los votos, mientras Jackson conseguía el 28%, Mondale el 26% y Hart el 9%.
Walter Mondale desplegó una intensa actividad electoralista en Michigan e Illinois. Mondale no podía perder en Michigan, a riesgo de que peligrase su aspiración de ser el contrincante demócrata contra el actual presidente republicano, Ronald Reagan. Mondale acudió a la cita electoral con el peso de las derrotas sufridas el pasado martes en las primarias de los Estados de Ylassachusetts, Florida y Rhode Island, donde ganó Gary Hart.
El papel de los sindicatos
Desde su último congreso, celebrado el plLsado mes de octubre, la central sindical norteamericana AFL-CIO (American Federal of Labor and Congress of Industrial Organizations), con 14 millones de afiliados, apoyó a Walter Mondale. Michigan, donde está la capital mundial del automóvil, con las sedes de las inultinacionales General Motors, Ford y Chrysler, cuenta con una gran concentración de afiliados a la Unión de Trabajadores del Autornóvil, una de las secciones más irriportantes del centenar de ramas sindicales que integran la AFL-CIO.
La influencia de los sindicatos estadounidenses en la política es célebre desde la época de la Administración de John Kennedy, donde el por entonces presidente de la AFL-CIO, Georges Meany, era uno de los habituales de la Casa Blanca.
Tradicionalmente, los sindicatos norteamericanos son favorables al Partido Demócrata. Sin embargo, en la última elección presidencial, del 4 de noviembre de 1980, millones de trabajadores de la industria, los denominados aquí blue collar, se pasaron al bando del voto republicano que dio la impresionante victoria al presidente Ronald Reagan.
Bajo el liderazgo del actual presidente de la AFL-CIO, Lane Kirk Land, los sindicatos mantienen su línea prodemócrata no sólo aportando votos, sino también con contribuciones monetarias. Las contribuciones simbólicas de un dólar por afiliado suponen una cifra teórica de 14 millones de dólares (unos 2.100 millones de pesetas) para el aparato demócrata, a repartir entre candidatos presidenciales o aspirantes locales a la Cámara de Representantes o al Senado.
Ante el apoyo de la AFL-CIO a Walter Mondale, el senador Gary Hart ha replicado con denuncias de que Mondale es el candidato de los sindicatos y de los grupos de intereses que se mueven a través de la AFLCIO.
Improvisar campañas
Lo cierto es que, tanto en Michigan como en Illinois, Gart ha tenido que improvisar campañas, alimentadas por muchos voluntarios jóvenes, procedentes de las universidades, para intentar vencer a Mondale.
Mientras los demócratas Walter Mondale, Gary Hart y Jesse Jackson se baten por la nominación de su partido como candidato oficial a la elección presidencial de noviembre en Estados Unidos, el actual presidente, Ronald Reagan descansa en su residencia de Camp David, en las cercanías de Washington.
El presidente norteamericano Ronald Reagan, aprovecha el fin de semana para efectuar llamadas telefónicas a los senadores republicanos que dudan en aportar su voto a la reforma institucional que debería reintroducir la plegaria obligatoria en las escuelas.
Este es un tema muy querido de los conservadores norteamerica nos, sobre los que Reagan -junto a su realidad de recuperación económica- basa sus cartas electorales para ser reelegido por otros cuatro años.
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