Retirada de órdenes compradoras

Las bolsas españolas consiguieron recomponer ayer, en parte, su maltrecha figura de días anteriores, gracias fundamentalmente a una retirada de órdenes compradoras en el sector bancario, que permitía llegar al cierre de las reuniones con unos saldos vendedores para los siete grandes del sector, que apenas llegaban a representar un 10% de la oferta pendiente en las sesiones inmediatamente anteriores. Junto a esto, se pudo apreciar un cierto renacer de los valores del grupo eléctrico, encabezados por Iberduero, que recuperaba con bastante buen estilo un punto y medio de lo cedido con anterioridad, y una discreta apreciación en el precio de las acciones de Telefónica, establecida en torno a un cuarto de punto.El ambiente determinante en los parqués, durante la mañana de ayer, fue un mayor nivel de tranquilidad por parte de las fantasmales manos vendedoras que habían venido constituyendo un auténtico quebradero de cabeza para quienes continuaban apostando por las posibilidades de recuperación del mercado. Lo curioso es que en esta ocasión los optimistas distaban bastante de ser aficionados, y se confundían en buena medida con algunos de los más conocidos, y posiblemente cualificados, especialistas bursátiles nacionales.

De esta forma, este discreto soplo de bonanza vino más de la mano de la retirada de órdenes vendedoras que de una mayor actividad de los compradores. Volviendo al grupo bancario, que con forme queda dicho resultó el protagonista de la reunión, destacaba el comportamiento del Popular, para el que quedaban algo más de 25.000 acciones sin contrapartida vendedora al término de la sesión en el mercado madrileño. La mejora de cuatro puntos resultó casi fulminante, así como el 30% de cobertura que se aplicaba a las órdenes de compra. El Banco de Vizcaya era la otra entidad que conseguía cambiar de forma más radical sus signos anteriores, ofreciendo un pequeño resto comprador de 517 títulos, mientras en su cambio se registraba una repetición con la atención aparente de la totalidad de las órdenes, tanto de compra como de venta.

Banesto presentaba en esta ocasión unas modestas 7.909 acciones y la cesión a un entero. Una situación similar presentaba Central. En esta ocasión el hit parade de las ventas lo encabezaba Santander con unas 15.500 acciones sin comprador, que le hacían ceder tres enteros. Con todo, lo más representativo era que una vez concluidas las reuniones se oían algunos tanteos compradores de valores bancarios, bastante indiscriminados.

En cuanto a los valores eléctricos, a pesar de que los recortes continuaron predominando, la reacción de Iberduero, con papel cierto en el corro, y del que después de hora aún restaban algunos flecos sin cumplimentar, dio un tono distinto a su contratación. Incluso algunos ordenantes comenzaban a recanalizar hacia las acciones de algunas sociedades concretas una parte de sus órdenes de compra.

Urbis protagonizó un nuevo espectáculo, casi burlesco, al realizarse su cambio en base a la posición vinculante que había quedado en el corro en la reunión que la Junta Sindical realiza al término de cada reunión. En esta ocasión, más que de operaciones espectaculares, puede hablarse de algún ajuste realizado por algún inversor institucional importante.