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Se extiende en Polonia la 'guerra de los crucifijos'

La guerra de los crucifijos, provocada por la decisión de retirar las cruces de una escuela profesional de agricultura en Mietno, localidad situada a 60 kilómetros de Varsovia, se extendió el sábado con la presencia de delegaciones de alumnos de otras ciudades y peregrinaciones de unos 300 jóvenes, que acudieron al santuario mariano de Czestochowa.Portavoces de la Iglesia aclararon, el viernes a última hora, que están en marcha gestiones con las autoridades para tratar de solucionar el conflicto. Desde su casa en Gdansk, también se pronunció el líder sindical Lech Walesa, que apoya la protesta contra la retirada de los crucifijos de la escuela.

Walesa dijo: "Me uno a esa lucha, porque se trata de un asunto serio y nosotros luchamos por la defensa de la fe". El líder sindical añadió que se estudian las posibilidades de un apoyo más amplio.

La llamada guerra de los crucifijos se inició el pasado miércoles, cuando los alumnos de la escuela profesional de agricultura de Mietno ocuparon los locales durante 14 horas, para protestar por la retirada de las cruces, acordada por la dirección de la escuela el pasado mes de diciembre.

El arzobispo Bronislaw Dabrowski, secretario de la Conferencia Episcopal polaca y persona de confianza del primado, cardenal Jozef Glemp, se dirigió a Garwolin, próxima a Mietno, donde se informó directamente de la situación. En Garwolin se celebró el jueves una misa, a la que acudieron los alumnos de varias escuelas locales, mientras la policía rodeaba la zona.

Las autoridades declararon que no están dispuestas a ceder en el conflicto de los crucifijos. La escuela de Mietno ha sido cerrada por un período indefinido y el director ha lanzado un ultimátum a los familiares de los alumnos de los cursos más avanzados, a los que advirtieron de que corren el peligro de perder el curso, sí persiste la protesta.

Peregrinaciones

El sábado llegaron, con cruces en las manos, a Garwolin delegaciones de alumnos de diferentes localidades de Polonia. Otro grupo peregrinó hasta el santuario de la Virgen Negra de Jasna Gora, en Czestochowa, para pedir que se autoricen las cruces en las escuelas. El Gobierno mantiene la postura de que la separación de la Iglesia y el Estado en Polonia no permite la presencia de símbolos religiosos en las escuelas y centros de trabajo.

Representantes de la Iglesia sostienen que el ministro del Interior, general Czeslaw Kísczak, había autorizado el año 1982 la presencia de las cruces ya instaladas. El portavoz del Gobierno polaco, ministro Jerzy Urban, declaró que este modus vivendi no había dado resultado porque sirvió como precedente para colocar nuevas cruces donde antes no había.

El conflicto de los crucifijos supone un contratiempo para el primado Glemp, que a su regreso de la gira que está efectuando por Brasil y Argentina se encontrará con una nueva crisis. Glemp tendrá que afrontar el conflicto, que puede dejar de nuevo en entredicho su autoridad, cuando crecen las críticas de los que acusan al primado de colaboración con el régimen.

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