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Perros envenenados con carne con cianuro en un parque de Zaragoza muy visitado por niños

La Asociación para la Defensa del Animal y algunos vecinos han denunciado el envenenamiento masivo de perros que se viene produciendo en los últimos días en el parque público de Miraflores, de Zaragoza, al parecer mediante la colocación de bolas de carne con cianuro. El lugar es transitado diariamente por unos 1.500 niños que se dirigen a los colegios próximos, y los vecinos temen que sus hijos puedan caer en la trampa mortal. En los últimos días, al menos seis perros han muerto de forma fulminante al poco tiempo de haber sido sacados por sus dueños al mencionado parque.Desde el primer momento de la construcción del parque surgió la polémica entre los propietarios de las viviendas que lo rodean y los vecinos de la zona de Miraflores, por el uso de la zona verde y deportiva. Los vecinos se creen con derecho a llevar allí sus perros porque el parque es público, aunque los propietarios de las viviendas pagaran 250.000 pesetas cada uno por la zona verde y deportiva. Nuevos edificios cerraron el parque, que, sin embargo, es zona de paso transitada diariamente por más de 1.500 niños que se dirigen a los colegios próximos.

Amenazas cumplidas

En el transcurso de esta polémica entre vecinos y propietarios se llegaron a recibir amenazas de matar a tiros a los animales, ya que ensuciaban el césped y las columnas del parque con sus excrementos. Ahora la amenaza se ha cumplido con el envenenamiento de los canes mediante la colocación de bolas de carne con cianuro.La muerte instantánea de al menos seis perros, tras haber correteado por el parque, ha creado la indignación entre sus propietarios y la alarma entre los vecinos, que temen que los niños puedan coger descuidadamente las bolas de carne mortífera.

La Asociación para la Defensa del Animal, en un comunicado hecho público, califica de bárbaro el envenenamiento y piden a las autoridades que investiguen y tomen las medidas oportunas para que hechos como éstos no vuelvan a producirse, y menos con animales de compañía que están debidamente censados y por los que se pagan impuestos.

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