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CASTILLA Y LEÓN

Enfrentamiento entre el Grupo Popular y el PSOE en los actos conmemorativos del estatuto

La mayoría de los procuradores del Grupo Popular en las Cortes de Castilla y León se negaron a asistir al vino de honor que ofrecía la presidencia del legislativo regional, como colofón de los actos organizados para conmemorar el primer aniversario de la aprobación del Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Con esta postura, acogida con sorpresa y estupor por los socialistas, los miembros de la coalición conservadora manifestaron su disgusto por el contenido del discurso que pronunció el presidente de las Cortes, Dionisio Llamazares (PSOE), y porque fue un ujier quien izó la bandera de la provincia de Burgos en el mástil situado en la explanada del castillo de Fuensaldaña, sede provisional de las Cortes castellanoleonesas.Estaba previsto que fuesen los presidentes de las diputaciones de las nueve provincias de Castilla y León quienes izasen sus respectivas banderas, junto a las de España y de la región, pero el presidente de la Diputación de Burgos declinó la invitación por entender que la celebración de estos actos en Fuensaldaña (Valladolid), ratificaba este lugar como sede de las Cortes, pese a que no hay nada decidido al respecto, y a que este lugar es sólo la ubicación provisional.

Ante esta negativa se acordó en principio no izar la bandera de Burgos al mismo tiempo que las de las demás provincias. Sin embargo, en el acto de ayer la bandera burgalesa fue levantada por un ordenanza de las Cortes, aunque bastantes segundos después de que se izasen las del resto de las provincias y mientras sonaba el himno nacional. Los socialistas entienden que esta postura es la correcta, por cuanto "Burgos forma parte de la comunidad autónoma y su bandera no podía quedar arriada", mientras que el Grupo Popular califica de inadmisible esta medida.

La segunda razón del descontento de los procuradores de la coalición conservadora fue el discurso pronunciado por Dionisio Llamazares. Bosque Hita, portavoz del Grupo Popular, lo calificó de desastroso y lamentable, y aseguró que es totalmente improcedente que en un acto de este tipo se intente decir a los grupos parlamentarios qué es lo que tienen que hacer. La alocución del presidente de las Cortes fue acogida con silencio y gestos de desaprobación en las filas de AP, PDP y UL, y con ovaciones en los bancos socialistas. El motivo del enfado del Grupo Popular fueron las alusiones más o menos veladas contra la postura de esta coalición que ha presentado recursos contra la inclusión de las provincias de León y Segovia en la Comunidad castellano-leonesa, aunque, en el fondo, la razón hay que buscarla en el excesivo peso del provincialismo.

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